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Ser freelance en 2012

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Ser freelance en 2012

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Fabiola Pérez-Canedo H.

Seguramente ha escuchado la palabra freelance y está más o menos al tanto de lo que significa. No obstante, muchas personas tienen un concepto equivocado de esta alternativa laboral que cada vez cobra más auge y se perfila como una buena opción para el año que recién comienza.

El freelance o freelancer es aquel individuo que realiza ciertos trabajos para empresas o particulares sin recibir a cambio un sueldo fijo (o constante), ni contar con prestaciones como servicio médico ni fondo para el retiro. Puede decirse que hablamos de un empleado que labora en condiciones distintas a las convencionales, pues lo usual es que tampoco cuente con horario establecido dentro de una compañía.

Es importante aclarar que no es lo mismo ser freelance que trabajar ‘por honorarios’, pues quienes pertenecen al segundo grupo están obligados a entregar a su cliente un recibo de honorarios, cosa que no siempre es requisito al ‘freelancear’. Además, alguien que se ocupa bajo el esquema de honorarios a menudo lo hace para un solo contratante y posee un sueldo, mientras que el freelancer suele tener mayor movilidad.

Tampoco es lo mismo ser freelance que depender de una firma de outsourcing, término que se utiliza cuando las corporaciones tienen personal con horario y responsabilidades fijas pero sin integrarlo formalmente a su planta laboral. Subcontratan a esas personas mediante una agencia que es su patrón oficial, les asigna salario, y según lo acordado puede o no darles prestaciones (sin que la empresa intervenga en esos renglones). Asimismo, un freelance no es alguien que tiene un negocio propio, ni es ése su propósito.

Entonces ¿qué significa ser freelance? El uso correcto de este término se refiere a alguien cuyo objetivo es efectuar tareas muy concretas dentro de su área de especialidad, en un plazo convenido pero desarrollándolas bajo sus propias condiciones, y conservando su estatus de ‘agente independiente’.

¿ELECCIÓN O RESIGNACIÓN?

Hay quienes adoptan el papel de freelance por elección, pero también otros que encuentran en esta alternativa la única opción.

En el primer caso se encuentran los individuos que desean llevar un estilo de vida más relajado y por ello prefieren trabajar por proyectos, a su ritmo, sin necesidad de cumplir con un horario determinado ni seguir un reglamento laboral. Un ejemplo sería un diseñador gráfico que ofrece y vende sus ideas a distintas organizaciones, o concursa para hacer un logotipo o campaña. Una vez seleccionado, comúnmente envía sus avances por correo electrónico y acuerda los ajustes vía telefónica, de tal forma que su presencia en la compañía es mínima y esporádica.

En cambio los freelancers ‘por resignación’ son quienes desearían tener un trabajo fijo, pero no encuentran una vacante y aceptan realizar tareas esporádicas para empresas ‘por mientras’ (y a menudo con la esperanza de que esa asignación les abra las puertas a la misma corporación), y sin dejar de buscar una ocupación ‘estable’. A diferencia de países como Estados Unidos, o de Europa, en México la mayoría de los freeelance encajan en este segundo caso. Y es que en nuestra cultura aún se considera como lo óptimo formar parte de una firma, pues se percibe como sinónimo de estabilidad (aunque la realidad nos ha demostrado que un contrato no es ninguna garantía).

Retomando desde esta perspectiva el mismo ejemplo del diseñador, hablaríamos de alguien que luego de meses de llenar solicitudes sin resultado, acepta ‘freelancear’ sólo para tener un ingreso que le permita solventar sus gastos, o quizá reunir recursos para montar un pequeño negocio o bien mudarse a una ciudad más grande, con más campo laboral.

BENEFICIOS Y DESVENTAJAS

Habitualmente las personas que trabajan como freelance suelen ser egresados de profesiones creativas u orientadas al área de humanidades: diseñadores (gráficos, industriales o de interiores), fotógrafos, escritores, periodistas, programadores informáticos, asesores en turismo, traductores, entre otros. Aunque también es un modo de empleo al que recurren muchas enfermeras que atienden a pacientes de manera privada, al no conseguir ser parte de un hospital.

El principal beneficio de ser un freelance es que no se tiene la obligación de cumplir con una jornada laboral delimitada por días y horarios, y eso sin duda brinda mucha flexibilidad para decidir cuáles momentos dedicar a qué actividad y priorizar los pendientes bajo criterios propios. Además se amplía el campo de experiencia, al llevar a cabo asignaciones para compañías de perfiles muy distintos.

Pero también hay desventajas. La primera es que es preciso ser muy dinámico, hacer contactos, para que no transcurran largos periodos entre un proyecto y otro, a riesgo de quedarse sin ingresos por largas temporadas. Como el freelancer no pertenece a ninguna empresa no tiene seguro médico, debe solventar la totalidad de los gastos en caso de enfermedades o accidentes, y al no cotizar ante una Afore ni el Infonavit, carecerá de una pensión y de la posibilidad de un crédito hipotecario por parte de dicho organismo. Aun así, siempre queda la opción de pactar créditos hipotecarios con bancos, seguros privados de gastos médicos, y ahorrar para la vejez.

¿UNA OPCIÓN FRENTE AL 2012?

Numerosos expertos opinan que el próximo año implicará la llegada de un excelente momento para los freelancers.

Una de las razones es que cada vez más corporaciones optan por la contratación outsourcing o por honorarios, para reducir sus obligaciones como patrones. En el mismo contexto, es previsible que en un futuro cercano demanden más gente que sea freelance, sobre todo por la tendencia a contar con personas que les ayuden sólo a consolidar proyectos específicos dentro de lapsos concretos, por lo cual podrían ver más conveniente recurrir a un freelance que abrir una vacante temporal.

Otro punto que sugiere el auge para los freelancers es que Internet ha facilitado la expansión de esta modalidad, al permitir la difusión de los servicios ofrecidos, así como trabajar en lugares distantes del domicilio del contratante, incluso en diferente país, de tal manera que las organizaciones pueden tener ‘a la mano’ al experto de su preferencia sin tener que solventar su traslado. Igualmente, para algunos apoyarse en freelancers significaría una reducción en gastos de operación (menos consumo de electricidad, menos inversión en renovación de equipo de cómputo, etcétera).

Lo ideal es que quien se dedique a ‘freelancear’ lo haga por elección propia y con plena conciencia de los pros y contras, convencido de que esta forma de empleo se adapta a sus necesidades y expectativas. Lo cierto es que cada vez existen más páginas web dedicadas a enlazar a estos profesionales con empresas, a manera de ‘bolsas de trabajo’.

Correo-e: fperez@elsiglodetorreon.com.mx

Fuente: Mayela Sánchez, Gerente de Reclutamiento y Selección en Human Staff.

DEFINIENDO LA PROFESIÓN

La palabra freelance deriva de un término medieval inglés free, independiente, y lance, lanza, refiriéndose a un caballero que no servía a un señor en concreto y cuyos servicios podían ser alquilados por cualquiera. De hecho el término fue utilizado inicialmente por sir Walter Scott en su libro Ivanhoe para describir a un “guerrero medieval mercenario”.

El vocablo es reconocido por autoridades en distintas lenguas, como el Diccionario Oxford de Inglés o el Diccionario de la Real Academia Española. Este último lo incluye dividido (free lance), definiéndolo como Dicho de una persona: que realiza por su cuenta trabajos periodísticos escritos o gráficos y los ofrece en venta a los medios de comunicación. [...] Se aplica a quien trabaja independientemente por este sistema en otras actividades.

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