El deterioro de los servicios municipales en Torreón es palpable. Las quejas se acumulan sin que las dependencias encargadas tomen cartas en el asunto.
Como cada año, la gerencia del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento anunció hace tres meses un programa de mantenimiento de norias para garantizar el abasto en la época de calor. Y como cada año, la empresa resultó rebasada por la demanda frente a las altas temperaturas.
Ya el Simas sufrió en carne propia lo que diariamente padecen miles de usuarios: la noria que surte sus oficinas falló y cortó el abasto de agua.
Difícilmente esa experiencia será un incentivo para que la empresa mejore su servicio: el desorden técnico y financiero es demasiado profundo, pero durante más de dos años, la actual administración ha sido incapaz de ponerle solución al deterioro del servicio de agua potable.
El alumbrado es otro caso. Los 15.5 millones de pesos que el Municipio ha recaudado por concepto de este derecho en el recibo de luz de los torreonenses se han esfumado en la Tesorería municipal, pues no se aplican para darle mantenimiento a este servicio.
Vastos sectores de la ciudad se encuentran a oscuras mientras los encargados del departamento de Alumbrado admiten que no pueden con el problema.
Una de cada 10 luminarias de Torreón no funciona, dejando a oscuras arterias viales o colonias. Ningún esfuerzo se ha hecho por mitigar el problema a pesar de que la falla del alumbrado es uno de los mejores incentivos para los robos y asaltos que azotan la ciudad.
Las autoridades se escudan todavía en el robo de cable, pero ni la Policía municipal ni la Procuraduría del Estado han logrado desmantelar las bandas que se dedican a saquear el patrimonio municipal.
Agua y alumbrado son sólo dos cuentas de un largo rosario de fallas en los servicios públicos, pero son las más recurrentes. La falta de acciones sólo provocará que, más adelante, resolver estos problemas sea aún más complicado.