El gobernador Mario López Valdez advirtió que su administración no permitirá que la zona serrana se convierta en nido o refugio de criminales, ni que éstos amedrenten a sus pobladores y los obliguen a huir de sus comunidades y rancherías.
Precisó que la parte alta de Sinaloa no será dejada en manos de la delincuencia, puesto que las autoridades aplicarán la ley.
En su gira por la zona serrana de los municipios de Badiraguato, Choix y Mazatlán, en donde la violencia y la actividad criminal ha provocado el éxodo de más de dos mil personas, el mandatario estatal dijo que la tranquilidad y la paz retornarán a esta región.
En su recorrido, que inició en el poblado de la Noria, en el municipio de Mazatlán, López Valdez mantuvo un encuentro privado con familias desplazadas por la violencia e inseguridad de algunos poblados del vecino municipio de Concordia.
En compañía del alcalde del puerto, Alejandro Higuera Osuna, el gobernador habló del reforzamiento de las acciones conjuntas con el Ejército en los municipios serranos, con una fuerza extra de 600 soldados y 200 policías.
Poco después acudió a la zona de Surutato, Badiraguato, en donde fueron reubicadas en forma provisional familias de 15 rancherías y pequeños poblados de Sinaloa de Leyva, expulsadas por la inseguridad y la violencia.
Los habitantes de comunidades como Ocoroni, San José de los Hornos, Los Laureles, La Manzana, La Joya de los Martínez, los Alamitos, reseñaron a las autoridades civiles y militares, los asaltos, robos, secuestros y homicidios sufridos en manos de grupos armados.