SI CREÍA que lo había visto todo, eche un ojo a estos muebles híbridos, que funcionan como poltronas pero permiten a quienes se sienten en ellos envolverse en especies de cobertores acolchados ingeniosamente incorporados al diseño. Con sillas así ¿quién dijo frío?
¿Cuántas veces ha estado leyendo el periódico en la sala o viendo televisión en el sofá y ha tenido que levantarse porque no aguanta el frío? A lo mejor no es tan frecuente la situación, a menos que usted viva en Los Andes, La Colonia Tovar o los Altos Mirandinos. Sin embargo, aquellos friolentos por naturaleza seguramente se contentarán al saber de dos curiosos diseños de origen europeo que podrían satisfacer sus necesidades.
El primero de ellos lleva el nombre de Cocoon (alusivo en inglés a su forma de capullo), consta de una silla reclinable con apoyabrazos, cuenta con un cobertor agregado y es una creación de Super Ette, casa de muebles oriunda de Luxemburgo, donde la temperatura promedio es de nueve grados centígrados. Aunque está obviamente diseñada para climas nórdicos, la idea también resulta muy funcional en climas templados y no tan extremos, por cuanto además de proteger al cuerpo de las bajas temperaturas ayuda a quien la utilice a sentirse confortable. ¿La razón? Dentro del acolchado edredón puede echarse una siesta, pero el saco de dormir es removible, por lo que en los tiempos de calor (o si desea lavarse) simplemente se quita y queda en pie el mueble para ser usado sin problemas.
Otro modelo de concepto similar es el Hush, presentado a principios de este año por la diseñadora británica Freyja Sewell. El mueble es una especie de mini sofá o poltrona con cojines, perfecto para una conversación en el hogar o para mirar una película. Sin embargo, está hecho de tal forma que con unos simples movimientos a su cubierta puede abrirse y convertirse en una suerte de mini tienda de campaña, dentro de la cual es posible dormir o simplemente aislarse del resto del espacio. Además, está hecho con fibras recicladas, lo que lo hace ecológico y liviano.
Nada más de verlos como que provoca acurrucarse, sobre todo en días lluviosos.
