Lamentable realidad. La mujer sigue siendo la más vulnerable. Si no sufre por violencia familiar, es por violencia sexual, pero mayor es el problema cuando se trata de menores de edad.
En Durango se desconocen las cifras en materia de violencia sexual, por más que se han solicitado por diferentes organizaciones, las mismas nunca llegan, aunque se prevé que el problema sea serio, comenta Janette Payan, presidenta de Fundación Semilla.
Tan sólo durante el 2011 se tienen documentadas a nivel nacional un total de 120 mil violaciones sexuales contra mujeres, es decir, una cada cuatro minutos, lo que refleja que el problema si es grave porque mientras usted lee esta información, pudo haberse registrado ya otra violación en alguna parte del país, comentó la entrevistada.
A nivel nacional, es la misma Secretaría de Salud quien ha emitido el número de casos de violación sexual, y en Durango se ha solicitado el número pero hasta ahora no se ha otorgado, "ojalá y se emitan cifras con resultados estadísticos reales de lo que está sucediendo en el estado, pero lo mejor, ojalá y existan verdaderos castigos a los responsables para que esto no se siga repitiendo", comentó.
Varias fundaciones o asociaciones médicas han atendido casos de mujeres o adolescentes que han sido agredidas sexualmente.
Fundación Semilla ha atendido algunos casos de mujeres de hasta 14 años que han sido violadas, en muchos casos los hechos sucedieron meses atrás, no se denunció y se busca ayudar psicológicamente por tratarse de un problema complejo en donde se involucra a toda la familia y a todos los que rodean a la mujer agredida.
El miedo llega a paralizar a estas jovencitas y es por ello que las madres se llegan a dar cuenta de que su hija fue violada, porque en la mayoría de los casos las menores no denuncian "el miedo las paralizó o son amenazadas, chantajeadas o las siguen golpeando y no saben que hacer", comenta Janett Payan.
De acuerdo a las estadísticas existentes a nivel nacional, el 70 por ciento de las violaciones sexuales son cometidas por algún integrante de la misma familia de la mujer o adolescente atacada, de este porcentaje, el 18 por ciento son los hermanos, otro porcentaje similar por los tíos, 17 por ciento los padrastros y el 16 por ciento los padres.
El restante 30 por ciento son personas alejadas de la familia, desconocidos o alguien cercano a la casa donde vive la agredida.
