Pero todo en calma. La zona indígena es de las regiones que más conflictos agrarios tienen registrados en los tribunales.
Se ha logrado reducir a cero el número de conflictos agrarios considerados de riesgos en la entidad duranguense, sólo quedaría pendiente por resolver el de los ejidatarios de Chavarría contra los comuneros de Santa María de Ocotán.
Noel Pérez Salais, delegado de la Procuraduría Agraria, comentó que sólo quedan por resolver algunos conflictos en donde los mismos involucrados ya no han querido seguir el conflicto y han preferido detenerlo.
Entre ellos están dos de la zona indígena en donde los involucrados en ambos son los habitantes de San Lucas de Jalpa, pero en uno contra Huazamota y en otro contra Bancos de Calitique.
"Sigue siendo un conflicto agrario porque el asunto no se resuelve, pero también, entre ambas partes no han querido avanzarle y han llegado a acuerdos para seguir cada quien con sus actividades".
Un conflicto que fue solucionado y donde existió algo de tensión fue el de Simón Bolívar, que abarca cinco mil 500 hectáreas, en este conflicto participaba un particular contra los ejidatarios de Tanque de Rocha, "y en este mismo lugar está otro conflicto entre las mismas partes, pero por 500 hectáreas, pero ya está en vías de arreglo", señaló Pérez Salais.
Sin embargo, un conflicto al que aún no se ha dado respuesta es el de ejidatarios de Chavarría contra Santa María de Ocotán, el cual inició desde hace más de seis años cuando comuneros se metieron a las viviendas de los ejidatarios para sacarlos, señalando que se trataba de sus tierras.
Sin embargo, como conflicto agrario ingresó a los tribunales en el 2009 y ambas partes llegaron a diferentes acuerdos que lograron disminuir la tensión que existía, pero no se ha concluido.