México entero ha podido sentirse orgulloso del equipo médico que ha encabezado el doctor Martín Iglesias en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición. El Tlalpan Team Por las Manos realizó un trasplante de brazos al paciente Gabriel Granados, el primero en Latinoamérica y el 22 en el mundo. Casi nadie se acuerda de que este Martín Iglesias es el mismo médico perseguido y calumniado por la panista Gabriela Cuevas cuando era jefa delegacional de Miguel Hidalgo.
El 15 de julio de 2008 el gobierno de Cuevas realizó una verificación en una moderna clínica de rehabilitación en el Paseo de la Reforma de la ciudad de México. La instalación, manejada por Igesias y el doctor Humberto Romero Candado, fue clausurada por la jefa delegacional, quien afirmó públicamente que se trataba de un centro de masajes, un giro negro, un prostíbulo.
La clínica fue reabierta una vez que los médicos demostraron que sus actividades eran lícitas. El tema lo tomó la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, que emitió la recomendación 13/2009 que pedía a la delegación ofrecer una disculpa pública. Gabriela Cuevas ya había dejado la titularidad. Demetrio Sodi tuvo el valor civil de ofrecer la disculpa pública el 25 de mayo de 2010. El ombudsman capitalino Luis González Placencia comentó que Sodi se convertía en el primer jefe delegacional en ofrecer una disculpa pública. Cuevas, ya diputada federal por el PAN, nunca quiso hacerlo.
Gabriel Granados, de 52 años, perdió los brazos tras sufrir una descarga eléctrica en un sitio de construcción. Lo paradójico es que estaba indicando a los albañiles que debían alejarse de los cables cuando él mismo sufrió el choque. Cuando supo de la pérdida de sus extremidades superiores en el Hospital 20 de Noviembre del ISSSTE, deseó haber muerto en el accidente.
Granados fue evaluado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, la institución que dirige el doctor Fernando Gabilondo, donde se determinó que era candidato a un trasplante. Un hombre de 34 años, que sufrió muerte cerebral tras un disparo de arma de fuego, se convirtió en donador. El 18 de mayo se llevó a cabo la operación con la participación de un equipo de 19 médicos encabezados por Martín Iglesias.
Cuando Granados fue presentado ante los medios este 7 de junio, les pidió a quienes pudieran haber sufrido un caso como el suyo: "No pierdan la fe. En México tenemos excelentes médicos especialistas. Los caminos son difíciles de recorrer, pero hay que recorrerlos."
Talento, sin duda, hay en nuestro país. Esto lo saben los pacientes mexicanos que van a operarse a Houston y encuentran ahí que los médicos son mexicanos. El problema suele ser la falta de equipamiento médico en nuestro país, a veces por falta de recursos, a veces por simple burocracia.
Peor aún es el hecho de que nuestros médicos, como los empresarios, tienen que enfrentarse a actos de corrupción de los gobiernos que nos rigen. Así empezó al parecer la "verificación" que se realizó a la clínica de rehabilitación del doctor Iglesias en la Miguel Hidalgo.
Uno puede aceptar, por supuesto, que un gobierno cometa un error al hacer una verificación. Pero en este caso la jefa delegacional Gabriela Cuevas no sólo clausuró la clínica sino que además calumnió al doctor Iglesias y a su socio. Aun ahora se niega a ofrecer esa disculpa pública que la Comisión de Derechos Humanos y la honestidad personal exigirían ante cualquier persona, pero que debería ser más importante cuando el calumniado es uno de los médicos más respetados de nuestro país.
SEGUNDO DEBATE
Escribo este artículo antes del debate presidencial que tuvo lugar ayer. Ante la imposibilidad de los millones de spots de 30 segundos de cambiar el punto de vista de los electores, los debates han adquirido una importancia fundamental en esta campaña. Veremos qué tanto se modifica la intención del voto después de este encuentro.
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