SNTE Y SEP
Aparentemente el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) es un organismo creado para proteger al trabajador de los abusos de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Pero desde hace muchos años la idea general sobre cuáles son las funciones de uno y cuáles las del otro es verdaderamente confusa. Sabemos pues, que el SNTE no sólo no defiende a sus trabajadores (protege a unos cuantos) sino que los utiliza como botín político. El SNTE se ha servido para crear el partido Nueva Alianza, que siempre está buscando nuevas alianzas: primero con el PRI y en el último sexenio, con el partido que se deje. Pareciera que el SNTE maneja a su modo a la SEP y a otros organismos. Y siendo los maestros la agrupación sindical más grande de Latinoamérica ello desemboca en un gran capital político, así, esta asociación puede encumbrar a cualquier al poder. La idea original de nobleza de los sindicatos se ha envilecido y en México sólo vemos bajezas.
Los líderes del SNTE con la maestra Elba Esther Gordillo al frente han torcido su razón de ser, al igual que muchas autoridades, como es el caso de Oaxaca donde los maestros cometen actos vandálicos sin tener consecuencias legales. La SEP les sigue pagando su sueldo y las autoridades les permiten les permiten sus tropelías.
Uno de los supuestos logros de la SEP sobre el SNTE es que las plazas ya no se heredan a familiares, y ello es cierto, solamente que ahora es peor: los líderes sindicales las venden en aproximadamente 120 mil pesos (20 ó 30 horas semana), pero si el aspirante a docente no tiene tal capital entonces le ofrecen una fracción de la plaza. Un tiempo completo es dividido en cuatro vendiendo cada una de las fracciones en 30 mil. Desde luego el comprador cuenta con la promesa de que pasado el tiempo le darán más horas, siempre y cuando las relaciones con el sindicato sean buenas. En la mayoría de los casos no sucede esto. En consecuencia los maestros que tienen pocas horas clase ganan sueldos miserables y por lo tanto tienen que buscar otros empleos llevándolos a la frustración y al desprecio por su oficio.
Está también la simulación de los exámenes donde los aspirantes a maestros son sometidos a una prueba de la que saldrán con trabajo los mejor calificados. Pero esto tampoco es real, siguen dándoles las plazas a los que dan más grande la ‘mordida’.
En una situación ideal y que parece imposible, un organismo externo e imparcial (ni SEP ni SNTE) debería de evaluar el desempeño de maestros y la calidad de los de nuevo ingreso. Además, los agremiados deberían de tener la decisión de pertenecer o no al SNTE pues alguna vez vi el cheque de un maestro donde se muestra que le quitan 172 pesos mensuales (que multiplicado por todos los maestros del país es una fortuna) para manutención del sindicato. (No sé cómo será para el CNTE, los disidentes del SNTE que es lo mismo pero con más faltas de ortografía.) Imaginé todo el dinero que va a los trajes y bolsas de diseñador de la maestra Gordillo
No hay duda de que en la SEP también laboran maestros valiosos y con vocación, y que gracias a ellos muchos jóvenes provenientes de escuelas públicas logran destacar. Otra parte loable es la existencia de los libros de texto gratuitos, solamente falta que se piense un poco en el desarrollo sustentable. Es decir, ojalá que en lugar de regalarse los libros se dieran en préstamo y que se creara conciencia entre los niños sobre el cuidado de éstos (aunque sea para los que son sólo de lectura). Así servirían para los de siguiente ingreso; se ahorrarían mucho dinero y árboles. Otro punto a favor es que la educación en México es gratuita y aunque el Partido Verde insiste en sus absurdos anuncios de “no más cuotas para las escuelas”, éstas son simbólicas y seguramente si estos descarados del Partido Verde dejaran de anunciar tanta estupidez podrían usar ese dinero para mejorar las condiciones de las escuelas.
Menos mal que en la educación universitaria pública existen escuelas y facultades que se salvan y son ejemplo de buena preparación. Podría haber esperanza.
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