Un equipo que llega a la final en diciembre, como Santos, suele tener problemas en enero para obtener buenos resultados: el relajamiento físico y el prolongado descanso navideño entorpecen el accionar del jugador en las primeras jornadas. Esta versión de los Guerreros parece bien planificada. El preparador físico Luiz Otavio Duarte conoce su profesión, y a diferencia de lo que hizo el cuerpo técnico de Diego Cocca hace seis meses (que reventó a los jugadores en plena pretemporada y no daban para más apenas en la jornada tres), ahora se ha aprendido del pasado error y Santos Laguna luce bien físicamente.
Dos ejemplos muy claros: Christian Suárez terminaba el torneo pasado los primeros tiempos como si hubiera corrido la maratón de Nueva York, tenía que salir del campo, no tanto por modificación táctica sino porque sus pulmones lo exigían. Ahora al ecuatoriano se le ve mucho más veloz, participativo y ya hasta gol anotó el pasado sábado.
El otro es Ludueña: acostumbrados a ver al ahora mexicano sólo en momentos del partido, Daniel ha sido pieza clave en los dos juegos. No siempre anotará gol, o pasará para el mismo objetivo, por su distribución de balón en la media cancha, el saber proyectar y ocupar al rival son de vital importancia. De hecho, nuevamente en el rostro de Ludueña se detectó su desaprobación al salir del campo, el ahora Machete (por mexicano) sabía que estaba jugando bien, que se podía hacer más y que en cualquier momento Santos anotaba de nuevo. Este fue el único cambio que no fue de mi agrado, al entrar Carlos Adrián Morales, además que no contuvo como supongo Galindo esperaba, se perdió el ataque con varios toques que tan bien estaba manejando Santos. Benjamín optó por defender el marcador a favor, cosa que le resultó, a expensas de dejar al Atlante llegar en reiteradas ocasiones y con cierto peligro.
Bien por la zaga central de Santos, pues una vez más sacaron el trabajo ante la ausencia de los titulares: Rafa Figueroa y Aarón Galindo en dos juegos han permitido un gol, promedio positivo al tratarse de dos suplentes que cubren a Baloy y Hoyos que por disciplina y lesión no han podido estar con el equipo.
Pronosticaba a un Santos batallando en las primeras jornadas, y lo encuentro invicto, jugando bien, a primer toque y logrando puntos. Benjamín Galindo me ha sorprendido, más por su planeación que por su estrategia táctica, pero mientras los resultados positivos lleguen, bienvenido.
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