Si comparamos el Santos del torneo pasado que llegó a la final con aspiraciones de ganarla, aun con las ausencias de tantos suspendidos y algunos lesionados, con el equipo actual, no queda más que presentar un gesto esperanzador de obtener lo que tanto se ha buscado: el ansiado campeonato, y por supuesto ganar la Concachampions para acceder al mundial de clubes y que el nombre y marca de Santos Laguna se internacionalice.
A estas alturas, jornada 6 del semestre anterior, Diego Cocca sufría por encontrar el funcionamiento del equipo, a pesar de haber tenido un inicio prometedor de 3 victorias consecutivas. Con el paso de las semanas el equipo se convirtió en un caos: todos atacaban, todos defendían y nadie sabía a bien a qué jugaba Santos, pues era ofensivo, pero de una forma imprudente y hasta irresponsable. Los cambios que llegaron, el efímero Rergis, la tentadora posibilidad de Bob Bradley y la impopular llegada de Benjamín Galindo y Adomaitis, con una serie de triunfos consecutivos, metieron a Santos en una extraña liguilla que le hizo competir nuevamente por la corona, pero en el papel lucía inferior a los Tigres que fueron muy constantes, ordenados y fuertes durante todo el torneo, cosa que a la postre floreció.
Ahora esa constancia y disciplina que llevó a los Tigres al campeonato, la veo en Santos. Pero encuentro un ingrediente extra que acaso conforma una abismal diferencia: Santos juega bien al futbol, ofende, sus variantes de ataque son muchas, exquisitas y eso los felinos no lo tenían. Por otra parte, los Guerreros no van a defender de forma tan militarizada como lo hacía Tigres, pero el trabajo de Rafa Figuera y Aarón Galindo es tan funcional, sin ser impenetrable, que el anotar goles bastará para cosechar más triunfos si se sigue por el mismo camino.
Sé que es muy pronto para hablar de campeonato, puede incluso ser irresponsable de mi parte el crear expectativas, pero los números que hasta el momento tiene Santos dan para soñar: invicto, cuatro triunfos consecutivos (el récord del club es de cinco, conseguido en tres ocasiones distintas) con la mejor ofensiva y una banca de lujo.
Darwin Quintero es importante para el equipo como jamás había sido antes, a pesar de tantos goles que lleva, partidos jugados y presencia en duelos importantes, el colombiano era una variante más con algunos (escasos) chispazos, pero nunca se comprometió como ahora hace. Eso ha significado para Santos mucho, pues la velocidad, generosidad y visión de Darwin era inesperada y eso provocará que el debut del español Marc Crosas probablemente se posponga.
En el futbol todo puede pasar. Incluso sabemos que muchas veces los equipos pasan por rachas, pero si Santos continúa con esa forma alegre e inteligente de jugar al futbol, yo no veo por qué el equipo tenga que dejar la cima del futbol mexicano.
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