Quien esperaba un gran accionar de Santos en la jornada uno, evidentemente se llevó una gran decepción, pues eso no iba a ocurrir. Por experiencia sé (y es lógico) que los equipos, no sólo Santos, tardan en llegar a un nivel óptimo y hay planteles que incluso no lo consiguen durante toda la temporada.
He leído en las redes sociales cierta molestia porque se esperaba más de Santos. En lo particular, me siento muy optimista por los Guerreros después de lo acontecido el sábado ante San Luis. Es visible que le falta mucho al plantel para convencer con buen futbol. De hecho, el equipo se nota duro, sin soltura y con un montón de equivocaciones técnicas que sólo se perfeccionan con el paso de los días y con la práctica.
San Luis llegó en mejor momento físico y con más trabajo de pretemporada. Eso se notó sobre todo en la primera parte, en donde incluso tomaron la ventaja en el marcador demasiado temprano. Batalló Santos para empatar porque San Luis va sabiendo a qué juega (aunque, dicha sea toda la verdad: tiene mucho que los equipos de José Luis Trejo no proponen realmente algo y, por el contrario, este equipo con tan gris entrenador, no aspirará a mucho) y el equipo visitante tenía más claras las ideas.
Lo que me gustó mucho de Santos, y es lo que me mantiene muy optimista, es que estando al 50 de su real rendimiento, que estando desconectados, que sin tener pulida la técnica para dar un buen pase o generar una gran jugada, a Santos le alcanzó para vencer a San Luis, y, en el segundo tiempo, dominarlo con cierta facilidad. Y eso es porque los Guerreros ya saben a qué juegan, ya saben por dónde, quién se mueve, en qué momento. Cuando entró Cándido Ramírez, el equipo se volvió muy peligroso porque él descolgaba con gran velocidad (en ninguna jugada decidió bien, es lo que hay que trabajar) y por el otro lado lo hacía Darwin y San Luis ya no encontraba cómo parar.
Benjamín Galindo no debe dar prioridad a Christian Suárez. Cuando entró Gerardo Lugo, el nuevo refuerzo se vio mejor simplemente porque participó en todas las jugadas. Bien o mal (se equivocó en varias) pero ahí estuvo buscando, proponiendo, acompañando, a diferencia del ecuatoriano en esta ocasión junto con Marc Crosas, que tiende a desaparecer.
Que juegue en Santos quien mejor está jugando y no quien se desea que llegue a jugar bien.
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