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Solo y Sin Marca

Alejandro Rodríguez

Son a veces tan contadas las personas productivas que hay en nuestro país, que cuando uno de ellos parte prematuramente es incluso más doloroso. La muerte de Miguel Calero cala hondo en nuestra tan herida sociedad, porque él fue persona que nunca restó, sino sumó en todos los ámbitos de su vida. No es posible explicar por qué muere alguien, en el momento que esto sucede ni la forma. Lo que sí es posible es rescatar el legado que deja (o no) la persona que se va y en este sentido Miguel Calero deja tras de su interrumpido paso por el mundo una serie de ejemplos por imitar.

Son tantos testimonios que hablan de Calero como un excelente padre de familia y como un productivo ser humano. Lo conocimos en la cancha y su profesionalismo y entrega por la camiseta de Pachuca que siempre amó, nos recordó a quienes nos apasionamos por el futbol, por qué lo hacemos.

Calero nunca se administró en los partidos. Jamás dijo éste sí es importante y éste no tanto. Fue un líder, un ganador, un triunfador que llenó de trofeos las vitrinas de su equipo. Siempre distinguible, era alto, con el pelo al rape, una prolongada cicatriz en el cráneo que lo identificaba cuando no usaba su clásica gorra para porterear. Gritaba, se movía, saltaba, atajaba como los grandes.

Colombiano de nacimiento y mexicano por adopción. Los mexicanos lamentamos su muerte porque un extranjero así siempre es bienvenido para quedarse. Porque es un ejemplo para los niños y porque nunca se negó a ayudar en cuestiones sociales y altruistas.

Las palabras que pronunció en la rueda de prensa al anunciar su retiro, lo definen como lo que fue, un ser congruente y en sintonía con lo que ama: "Si volviera a nacer, me volvería a llamar Miguel Calero, volvería a ser portero y defendería de nuevo los colores del Pachuca". Todo equipo de futbol en el mundo busca en sus jugadores que tengan al menos el 30% de amor a la camiseta que Calero sí tenía con el Pachuca, sentimiento que está en vías de extinción en los futbolistas actuales.

Gracias Miguel Calero por tu amor a la vida, a jugar, al futbol. Por permitirnos disfrutar de tus atajadas y liderazgo. Gracias por tu legado, como ejemplo a seguir.

aleson2001@hotmail.com

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