Costosas. Las obras de agua potable, en ocasiones, se vuelven muy costosas cuando hay que llevar el vital líquido a grandes distancias.
Luego de nueve intentos fallidos, la solución para abastecer de agua para consumo humano a los habitantes de Santa Catalina de Sena, en el municipio de Guadalupe Victoria, fue la perforación de un pozo en la comunidad Ignacio Ramírez, ubicada a 13 kilómetros de Santa Catalina, según informó la Comisión del Agua del Estado de Durango (CAED); sin embargo, advirtió, las maniobras implicarán bombear el vital líquido a un desnivel de 260 metros, con el consecuente gasto de energía eléctrica.
Si tenían una pequeña galería, un pozo, se vuelven a recuperar los niveles, pues operan esos pozos y los otros los abandonan, o al menos los tienen de reserva, por si dentro de cinco o diez años vuelve la sequía, los vuelven a echar a andar, detalló el funcionario, dijo el el titular de la dependencia estatal, Miguel Calderón Arámbula
Por otro lado, dijo, si los pozos no los cuida la comunidad, también se puede presentar el riesgo de que los mismos habitantes empiecen a desmantelarlos, con el inicio del cerco perimetral; posteriormente, se llevan la bomba; luego, el transformador, para después sustraer el cable.
Lamentablemente, subrayó, cuando se presenta una nueva emergencia por la falta de agua, por una sequía prolongada como la actual, se requiere poner de nuevo en funcionamiento el pozo; sin embargo, eso no siempre es posible ante el desmantelamiento de la infraestructura por el descuido de los habitantes que se beneficiaron en su momento con esa fuente de abastecimiento.