A pesar de la falta de progresos en las conversaciones en Bagdad, Irán y el Grupo 5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania) acordaron celebrar una nueva ronda de negociaciones a mediados de junio en Ginebra.
Tras dos días de conversaciones, ambas partes decidieron mantener más negociaciones en un plazo de tres semanas, dado que no lograron zanjar sus discrepancias sobre el polémico programa nuclear iraní, reportó la agencia de noticias Mehr.
Un miembro de la delegación iraní acusó a las potencias mundiales de crear “un ambiente difícil” en esta ronda de negociaciones, la segunda tras el encuentro de abril pasado en Estambul (turquía).
Las conversaciones concluyeron después de que el máximo negociador iraní, Said Jalili, y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, quien encabeza la delegación del “sexteto”, mantuvieron su tercer encuentro bilateral en Bagdad, según la agencia iraní Fars.
Michael Mann, portavoz de Ashton, consideró que las negociaciones terminaron con “escasos progresos”, aunque persisten “cuestiones complicadas”.
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) más Alemania quieren “garantías” por parte de Irán de que no fabricará armas atómicas, mientras Teherán busca el levantamiento de sanciones.
La delegación iraní en las negociaciones rechazó la propuesta de las potencias de reducir el enriquecimiento de uranio de 20 a 5.0 por ciento y a su vez exigieron una respuesta a su contraoferta de concesiones.
Irán busca que Estados Unidos y Europa alivien las sanciones económicas a sus exportaciones petroleras a cambio de dar mayor acceso a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y otras concesiones.
Las conversaciones, celebradas en el Palacio de Huéspedes, en el centro de la fortificada Zona Verde de Bagdad, tenían como fin presionar a Irán para que permita a la AIEA acceder a sitios militares y documentos del programa nuclear para determinar su finalidad.
La AIEA busca tener acceso a la base militar de Parchin, ubicada en el sureste del país, donde se cree que Teherán desarrolla actividades encaminadas a fabricar la bomba atómica.
Hasta ahora, Irán ha negado el acceso de los inspectores de la AIEA a Parchin, alegando que son instalaciones militares, no nucleares, y, por tanto, escapan al ámbito de actuación de la organización internacional.