El conflicto afgano entre los rebeldes talibanes, por un lado, y las fuerzas internacionales y gubernamentales, por otra, se cobró más víctimas civiles que nunca en 2011, afirma Amnistía Internacional (AI).
Según el último informe de AI sobre la situación de los derechos humanos en el mundo en 2011 hecho público hoy en Londres, 3m021 civiles murieron en 2011, a la vez que las autoridades afganas "cometieron con frecuencia graves violaciones de los derechos humanos", incluido la tortura.
El informe atribuye a los talibanes la responsabilidad del 77 por ciento de las muertes civiles y señaló que la población en las zonas controladas por los insurgentes carece de acceso a la ayuda humanitaria y que la violencia contra las mujeres y las niñas es especialmente extendida en esas zonas.
AI acusa a los talibanes de matar a civiles o causarles heridas mediante atentados indiscriminados con bomba y de llevar a cabo asesinatos y secuestros, sobre todo de personas con cargos públicos o que de alguna manera cooperaban con el gobierno del presidente Hamid Karzai.
Por otra parte, el informe responsabiliza a las fuerzas internacionales de ataques aéreos y redadas nocturnas que se cobraron varias "veintenas de vidas de civiles" y recuerda que la ONU cifra en al menos 410 los civiles que murieron el año pasado en operaciones de las fuerzas gubernamentales e internacionales.
Los servicios secretos del gobierno afgano "continuaron efectuando detenciones y retenciones arbitrarias de sospechosos, a los que les negaron acceso a un abogado, sus familiares, los tribunales u otros organismos externos", afirma AI.
Se han formulado "acusaciones creíbles" de que los servicios secretos "practican la tortura de los detenidos y que mantienen cárceles clandestinas", agrega.
AI recuerda también que las fuerzas estadounidenses "continuaron deteniendo afganos y algunos extranjeros sin contar con una clara autorización legal ni con procedimiento judiciales adecuados" y que una de las instalaciones estadounidenses contó en 2011 con unos 3,100 prisioneros, "algunos de los cuales llevaban varios años detenidos".
Tanto las fuerzas gubernamentales como los insurgentes "secuestraron a periodistas, les dieron palizas o los mataron" afirma AI, que cita casos como el del director de una emisora de radio que fue retenido durante cuatro meses por los servicios secretos por supuesta colaboración con los talibanes.
Además de los 2.7 millones de refugiados afganos en Pakistán e Irán, hay casi medio millón más de desplazados dentro de Afganistán, muchos de los cuales viven en malas condiciones en las cercanías de las ciudades más grandes del país.
