Julio César Chávez Jr sufrió para dar el peso en la ceremonia con la romana desde el Alomode, de cara a su pelea con Marco Antonio Rubio del próximo sábado. (El Siglo de Torreón)
Una ceremonia de pesaje inusual, se realizó en el Alamodome de esta ciudad, con los protagonistas de la función denominada “Bienvenidos al Futuro”.
Y es que el acto protocolario, a donde se dieron cita una importante cantidad de aficionados laguneros y coahuilenses, se retrasó casi media hora, debido a que Chávez Jr. arribó después de las 2 de la tarde.
El campeón mundial medio del CMB, llegó con ropa deportiva, pero con un semblante demacrado, ojeroso, con síntomas visibles de deshidratación, lo que habla del gran esfuerzo físico que le costó, para dar el peso acordado de las 160 libras (72.575 kilogramos).
Su equipo de trabajo improvisó una especie de cortina, que tomaron del escenario, para que Julio César se desprendiera de toda su ropa, ante el asombro del público y medios de comunicación, registrando en la báscula digital 159.5 libras (72.347 kilos) en su primer intento.
El festejo fue en grande, por parte de Chávez Carrasco y las personas que lo acompañaban, pero no era para menos, ya que gente allegada al sinaloense, dudaba que diera el peso en su primer intento.
Tocó turno para el “Veneno”, quien llegó de buen humor y ante la algarabía de decenas de personas de Torreón y Ciudad Acuña, Coahuila, que llegaron hasta el inmueble, para alentar al púgil lagunero.
Rubio se desprendió de chamarra y pantalonera, para subir a la romana de última tecnología, para apuntar 159 libras (72.121 kilogramos). A lo lejos, su esposa Gaby Sánchez y su hija Gariela, festejaban en grande, el primer round ganado por Marco Antonio.
Minutos antes, el puertorriqueño Wilfredo “Papito” Vázquez Jr. (122 libras) y el filipino Nonito Donaire (121.5), protagonistas de la contienda semifinal, superaron sin mayor contratiempo a la báscula.