Derivados. Pese a su mala fama del pasado, especialistas recomiendan invertir dentro del mercado de derivados por ser confiables.
Aunque los derivados quedaron "quemados" luego de la crisis financiera de 2008 por la experiencia de algunas firmas mexicanas, son un instrumento confiable para anticiparse a los cíclicos cambios de precios de las materias primas, consideran consultores de riesgo.
Además, hoy en México existe un regulación para vigilar su uso.
Tan sólo en 2010 y 2011, el índice de precios de la materias primas no petroleras a nivel mundial aumentó 26 y 17.8 por ciento, lo cual puso a prueba a muchas empresas.
El ejemplo más destacado del uso de estos instrumentos, es el propio Gobierno federal, ya que tiene asegurada la exportación de crudo a un precio límite para no enfrentar desajustes en las finanzas públicas en caso de un desplome inesperado del petróleo.
Futuros, opciones, warrants, forwards, swaps, options, break forwards son sólo algunos de los instrumentos derivados para que las empresas se protejan de las volatilidades en el tipo de cambio, en tasas de interés, precios, índices accionarios, precios de commodities y de productos agrícolas.
Según datos del Mexder, los intermediarios más activos durante marzo pasado por volumen operado en el mercado de futuros y opciones fueron Santander, BBVA Bancomer, Scotiabank y Banamex.
Los instrumentos derivados pululan en el mercado financiero internacional, pero en México han sido desaprovechados y satanizados desde la crisis de 2008, cuando en particular Comercial Mexicana fue declarada en concurso mercantil luego de que compró derivados con fines especulativos en lugar de utilizarlos para su principal objetivo: cubrir a la empresa de la volatilidad.
Otras empresas afectadas por el uso de derivados durante la crisis fueron Cemex y Vitro.
De acuerdo con Sergio García Quintana, consultor de administración de riesgos y de uso de derivados y socio director de GQC, las empresas han reducido sus posiciones en derivados a partir de la crisis y otras firmas los utilizan, pero sin conocer a detalle qué tipo de derivado es el que más le conviene.
Comentó que el uso adecuado de derivados debe resurgir en el mercado mexicano por la conectividad con otras economías y la volatilidad de precios que genera el cambio climático.
"¿Quiénes tienen la necesidad de usar derivados?", se pregunta el analista.
"Todos aquellos que tengan variación en su materia prima, en su comercialización y operación.
"Es para cualquier empresa que tenga una variable de riesgo dentro de su balance. No considerarlos es asumir riesgos, es como estar en época de lluvias y salir sin paraguas", destacó.
Baja riesgo país
El riesgo país de México, medido a través del Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI+) de J.P. Morgan, se ubicó este viernes en 153 puntos base, 16 unidades por debajo del nivel observado al cierre de la semana anterior.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informó que al 20 de abril de este año, el riesgo país de México se ubica 34 puntos base por debajo del nivel reportado al cierre de 2011.
Por su parte, el riesgo país de Argentina aumentó 48 puntos base durante la última semana, mientras que el de Brasil se contrajo cinco, al ubicarse el pasado 20 de abril en 994 y 183 unidades, en ese orden, agregó en el Informe Semanal de su Vocería.
El indicador es la diferencia que existe entre el rendimiento de la deuda pública de un país emergente respecto del que ofrece la deuda pública estadounidense, que se considera "libre" de riesgos. El nivel mínimo histórico del riesgo país de México es de 71 puntos, el 1 de junio de 2007, y el máximo es de 624 unidades, el 24 de octubre de 2008.