Tragedia. El presidente de Honduras, Porfirio Lobo (c-i), habla con Petrona Morena (c), madre de un recluso que falleció.
Las autoridades hallaron el cuerpo de otro reo en una cárcel que se incendió hace 12 días en la región central de Honduras, elevándose así a 361 las personas que murieron en el siniestro. "El hombre estaba totalmente calcinado", dijo el portavoz del Ministerio Público, Melvin Duarte.
"Los trabajadores que limpian el lugar encontraron el sábado los restos humanos entre los escombros de la cárcel de Comayagua", a unos 80 kilómetros al norte de Tegucigalpa, añadió. Los médicos forenses analizan el cadáver para identificarlo. En casi dos semanas, la fiscalía ha entregado unos 72 cuerpos en ataúdes con cubrimiento metálico a los familiares de las víctimas de las 120 que ha identificado.
En la tarea de identificación colaboran de Chile, Perú, México, España y Honduras. El viernes abandonaron el país los de Perú, El Salvador y Guatemala. En el incendio de la granja penal de Comayagua fallecieron 360 hombres y una mujer, que visitaba la noche del 14 de febrero a su marido. Muchos reos murieron calcinados abrazados a los barrotes de las celdas, otros asfixiados por el humo o ahogados al lanzarse a pilas de agua del penal en un intento de protegerse de las llamas.
Un equipo del Buró de Bebidas Alcohólicas, Tabaco y Armas de Fuego de EU determinó tras cinco días de investigar el caso que el siniestro fue accidental.
Más que un cigarro
⇒ Un informe preliminar señaló que la causa del fuego pudo ser una llama abierta no limitada a un cigarro, encendedor o fósforos porque no recuperó la fuente real de la ignición.
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