Superalimentos, salud a la carta
Cuando en la antigua Grecia Hipócrates aconsejaba consumir alimentos no sólo por su valor nutricional, sino como medios para preservar la salud, la población mundial no rebasaba los 5 millones de habitantes. Hoy, con 7 mil millones de seres humanos en el mundo -cifra que aumentará a más de 9 mil millones hacia el año 2050- proveer comida para todos se vuelve un reto mayúsculo.
La erosión de amplias zonas de cultivo y la escasez de agua limpia para riego, aunados a los impactos negativos del cambio climático -sequías más prolongadas, inundaciones, plagas emergentes- ponen en riesgo la producción y la seguridad alimentaria como nunca antes en la historia.
En este escenario -aunque en el corto plazo los precios de los alimentos no alcanzarán los altos niveles registrados en 2011- la FAO advierte que es urgente aumentar la producción agrícola a un nivel del 60% durante los próximos 40 años para afrontar la demanda creciente de comida.
En un reporte prospectivo, el organismo de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación recomienda mejorar las prácticas agronómicas, generar un ambiente regulatorio propicio (leyes que estimulen la producción) y fortalecer la innovación en los sistemas agrícolas para afrontar tales desafíos.
"La erosión del suelo es una verdadera tragedia y México es dependiente de los alimentos importados del exterior", comentó el biotecnólogo Octavio Paredes López, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados-Irapuato.
Tan solo en la próxima década el país pasará del 35 a 50% en su volumen de adquisiciones de maíz al exterior (este año comprará unas 11 millones de toneladas).
DEFICIENCIAS Y EXCESOS En México, paradójicamente, aún no desaparece la desnutrición, sobre todo en el sector rural, y al mismo tiempo aumenta el número de trastornos relacionados con el desequilibrio y exceso de ciertos alimentos, como la obesidad, detonante de otros males como diabetes o alteraciones cardiovasculares.
Por ello, los científicos han respondido a estos desafíos con el desarrollo de alimentos mejorados en sus propiedades nutricionales originales. Una de las alternativas es la manipulación genética convencional (cruzas selectivas) sobre plantas de interés alimentario y comercial.
Un ejemplo son los alimentos nutracéuticos, que contienen no sólo nutrientes esenciales, sino también sustancias con acción farmacológica o que busca prevenir enfermedades. Octavio Paredes López, junto a su equipo en el Cinvestav, logró aislar una proteína del amaranto (amarantina) con estas cualidades.
Esta proteína vegetal posee aminoácidos esenciales, además de fragmentos (péptidos) que bloquean la acción de una enzima que eleva la tensión arterial. Por ello, Paredes y sus colegas usan bacterias como E. coli para mutiplicar la producción natural de la misma y en el futuro usarla como fármaco antihipertensivo.
Otro producto nutracéutico desarrollado en el mismo Cinvestav Irapuato por el investigador Axel Tiessen Favier y su equipo de colegas desde hace 6 años es una nueva variedad de maíz azul donominada Vitalmaíz, que contiene sustancias antioxidantes auxiliares en la prevención de trastornos cardiovasculares.
CULTIVOS DE GRAN RENDIMIENTO "La meta es combinar los mejores genes, tanto de calidad nutricional como de rendimiento agronómico, para generar variedades comerciales -a la medida del país- de maíces híbridos de alto rendimiento y con valor agregado", explica en entrevista el científico del Departamento de Ingeniería Genética.
La meta de trabajar en el mejoramiento de esta variedad de maíz azul de raíces criollas (que no es transgénico) es aportar un doble beneficio: tanto al consumidor, que tendrá una variedad con más nutrientes, así como a los agricultores, pues al ser un 30% más caro en comparación con el maíz blanco, ellos obtendrán mayores beneficios económicos.
"Las variedades de Vitamaíz fueron mejoradas para mantener la calidad al nivel de los maíces elite (blancos) y para evitar las desventajas de los maíces criollos azules convencionales, que son de un grano harinoso no siempre apto para el procesamiento posterior", aclara Tiessen.
Para obtener estas variedades el equipo dirigido por el académico efectuó diversas cruzas recurrentes con una línea de élite, todo ello a partir de los genes seleccionados de un maíz criollo (donador primario). Tras analizar el metabolismo y los compuestos de las nuevas variedades, encontraron una cantidad de antocianinas y carotenos hasta de 40% mayor en comparación con los maíces convencionales.
Ahora el equipo de investigadores del Laboratorio de Metabolómica y Fisiología Molecular trabaja en aumentar la cantidad de semilla de las nuevas líneas. Luego efectuarán pruebas de validación en el campo (en 1 o 2 años) y buscarán asociarse con una empresa para lograr la producción masiva y comercialización de este supermaíz y sus derivados.
Dietas a la medida
No hay alimentos milagrosos que curen; pero gracias al avance de las ciencias genómicas -catapultado por el desciframiento del Genoma Humano en 2003- pronto será posible diseñar dietas a la medida del individuo, que ayuden a prevenir enfermedades.
El estudio de la interacción entre componentes de alimentos y el conjunto de genes humanos (Genoma), a través de la nutrigenética y la nutrigenómica, avanza. Un ejemplo es el trabajo de científicos del Instituto Nacional de Medicina Genómica. Ellos encontraron que una variación genética frecuente en poblaciones amerindias influye en la cantidad de lipopropteínas de baja densidad (colesterol bueno) en el cuerpo. Dicha sustancia tiene un papel vital en la prevención de males cardiovasculares.
"Estudiamos cómo estas variantes genéticas pueden interactuar con componentes de la dieta (cantidad total de grasas, calorías, carbohidratos ingeridos) o cómo las personas responden a la actividad física a partir de diferentes constituciones genéticas", dijo la investigadora María Elizabeth Tejero Barrera. "Estamos descubriendo las funciones del Genoma; antes creíamos que los genes sólo se convertían en proteínas; ahora vemos que tienen información que hace funcionar a las células y mantiene las funciones normales y la salud", añadió.
Mejora vital
Genoma y nutrición
Información nutrimental.
⇒ Nuevas áreas: dos ramas de las ciencias genómicas investigan la interacción entre los distintos componentes de los alimentos y la expresión de genes: la nutrigenética y la nutrigenómica.
⇒ Prevención: la meta de los expertos en estas áreas es diseñar regímenes alimenticios saludables y personalizados que favorezcan la expresión de ciertos genes e inhiban a otros asociados con trastornos.
⇒ En México científicos del Instituto Nacional de Medicina Genómica ya enfocan sus esfuerzos para localizar grupos de genes relacionados con males comunes, como la diabetes.