Reconocimiento. El actor norteamericano Tommy Lee Jones, tras recibir el Premio Donostia, en la edición número 60 del Festival Internacional de Cine de San Sebastián en España.
El actor y director estadunidense ayer que los días más felices de su vida creativa han sido trabajando como director, por lo que "quiero seguir intentándolo".
En conferencia de prensa en el Centro de Convenciones Kursaal, de San Sebastián, España, reconoció que "es difícil conseguir trabajo como director", pero siempre está pensando de esa manera, imaginándose historias y tomando fotos de lo que ve.
Adelantó que con su siguiente trabajo como cineasta empezará a rodar el próximo 25 de marzo, en el noreste de Nuevo México, "es mi siguiente empresa, siempre es un mundo nuevo cuando tomo una cámara cinematográfica, la saco a exteriores y quiero contar una historia".
La nueva película del actor texano es The Homesman, película ambientada en Arkansas en la segunda mitad del Siglo XIX.
El filme aborda el tiempo en el que el gobierno de Estados Unidos publicó la primera Homestead Act, según la cual aquellas personas que consiguieran establecerse en los territorios más agrestes del país durante dos años se convertirían automáticamente en propietarios de los mismos.
Tommy Lee Jones, quien presentó ayer en el marco de la 60 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián su película Hope Springs, en la que comparte protagónico con Meryl Streep, recibió también el Premio Donostia por toda su trayectoria de cuatro décadas.
El actor, quien se ha desempeñado en distintas facetas dentro del cine, dijo que "no tengo género favorito, ni siquiera pienso en géneros, pienso en los mejores guiones y el mejor grupo de actores disponible".
Anotó que "dice el tópico que la variedad es lo que te da vida y la especia de la vida es la variedad, por lo que no tengo ninguna clase de películas que quisiera hacer aparte de buenas películas. Siempre intento en cada película hacer lo mejor".
Con respecto a Hope Springs, aseguró que cada día de rodaje "fue alegría pura y dura".
Cierra la competencia
Los cantos a la tolerancia y los coloristas retratos humanos que habían marcado la carrera del sueco Lasse Hällstrom en títulos como Chocolat o The Cider House Rules fueron ayer neutralizados por Hypnotisören, thriller oscurísimo con el que se cerró ayer la carrera por la Concha de Oro.
"He sido siempre acusado de ser demasiado blando en mis películas. Por un lado me gusta, pero también tenía ganas de asustar un poco, estar alejado de esa etiqueta sentimental", explicó este realizador, que con Hypnotisören vuelve a Suecia por primera vez desde My Life As A Dog, por la que optó al Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
Rodada en Estocolmo y basada en la novela de Lars Kepler (seudónimo del matrimonio formado por Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho), Hypnotisören del título es un hombre que tiene que ayudar a un policía adicto al trabajo un complicado caso: el de una familia que ha sufrido un asesinato múltiple y cuyo único superviviente, un niño de 15 años, se encuentra en estado de shock.