El ministro federal del Interior de Alemania, Hans-Peter Friedrich, formalizó hoy los cambios de los directivos en dos órganos de seguridad interna, en medio de críticas de sindicados de la policía y la oposición.
Friedrich, de la Unión Social Cristiana (CSU), nombró al experto en antiterrorismo Dieter Romann como presidente de la policía federal tras destituir del cargo a Mattihas Seeger.
Paralelamente nombró jefe de los servicios de seguridad internos del “Verfassungschutz”, literalmente “protección de la constitución”, a Hans-Georg Maassen.
El órgano es el encargado de hacer investigaciones políticas sobre grupos extremistas que sean contrarios a la democracia y al estado de derecho.
El jefe de ese órgano era Heinz Fromm, quien dimitió del cargo hace algunas semanas tras destaparse negligencias y obstrucciones de algunos de sus agentes en la investigación de una célula terrorista de extrema derecha, conocida como “Resistencia Nacionalista” (NSU).
El relevo de Seeger, que trascendió el pasado fin de semana y él se enteró por medio de la prensa, fue duramente criticado por los sindicados de la policía y la oposición.
“Algo no funcionó bien en la comunicación”, admitió Hans-Peter Uhl, portavoz de la fracción parlamentaria de la CSU. El proceso había sido pensado de manera que “no causara un daño innecesario”, dijo.
En una entrevista con el diario Hamburger Abendblatt, Friedrich defendió por primera vez públicamente su decisión y dijo que la confianza en la policía había sido dañada.
“Con el presidente Seeger ya no compartía un terreno común para que fuera posible, en el futuro, solucionar estos problemas”, indicó Friedrich, quien no mencionó problemas o hechos concretos por el relevo del presidente de la policía.
La prensa especula varias versiones: por un lado una de las razones podría ser el manejo de Seeger de la filtración a los medios de una foto que muestra a nueve policías alemanes con una bandera de piratas en Afganistán.
También se dijo en la televisión pública que Seeger habría tenido contactos “aún no claros” con Alexander Lukachenko, el autócrata jefe de Estado en Bielorusia.
Seeger rechazó dichas acusaciones esta mañana en una entrevista con el diario sensacionalista “Bild” y denunció: “supe de mi despido a través de las páginas de Bild”.
La policía federal cuenta con 40 mil empleados. Entre sus principales tareas figuran la protección de las fronteras de Alemania, así como de aeropuertos y estaciones ferroviarias, además del apoyo de las policías locales en los estados federados.
Menos problemático fue el nombramiento de Maassen. Su predecesor en la dirección de los servicios de seguridad dimitió por su voluntad tras descubrirse que sus agentes habían destruido sin su conocimiento documentos decisivos sobre el grupo terrorista de extrema derecha.
Maassen declaró al aceptar el cargo que se comprometerá a aclarar el asunto: “Para mi lo más importante es que los ciudadanos puedan confiar en el servicio (de seguridad política, protección a la Constitución), que es tan importante como la Policía o los bomberos”.