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Tantas calamidades

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Con el día de hoy, se cumple la primera semana en el poder del presidente Enrique Peña Nieto. Por lo menos en el caso de La Laguna, se está viendo claramente que no era Felipe Calderón el responsable directo del clima de barbarie que se vive por estos lares. Si bien es cierto que el consenso generalizado habla de que el ahora expresidente Calderón erró completamente en la estrategia que escogió para enfrentar a los grupos criminales, y que eso desató estos niveles de violencia, también queda claro que los asesinatos y descuartizaciones de todos los días no está directamente relacionado con quien ocupa la presidencia de la república o cuál es el partido en el poder en turno.

Con el inicio del mes, así como del mandato de Peña, Torreón y la Comarca han vivido un recrudecimiento en la ola de homicidios y ya se ronda las dos decenas cometidas bajo circunstancias típicas de las mafias. El miércoles pasado el ataque a un negocio de grúas en el periférico de Gómez Palacio donde incendiaron unidades y ejecutaron a tres personas, hizo nuevamente que uno se estremezca de miedo al ver la realidad que estamos viviendo; y las balaceras por el norte y norponiente de Torreón el martes pasado por la noche, nuevamente nos restregaban el horror con el que nos hemos habituado a vivir.

Como en ocasiones pasadas en este mismo espacio se ha escrito, pocas esperanzas tendremos de que alguna vez se pueda recuperar La Laguna de hace pocos años atrás.

Ésa, donde el transitar y convivir por casi todos los rumbos y hasta la relación con la Policía preventiva no era más que la de lidiar con borrachos y broncas esporádicas, básicamente. Hoy, los millones de votantes que decidieron darle su sufragio al bonito Peña esperanzados que la violencia se iría con las semanas, se darán cuenta que la cosa no era tan sencilla. Al final la realidad es que La Laguna es hoy una de las zonas más calientes de todo el país y hay que hacer que el nuevo Gobierno federal demuestre que es más capaz que el que se terminó; y el operativo Laguna Segura, que por más estrategias, planes y acciones anunciadas, sencillamente ha fracasado y los índices de inseguridad están por los cielos, ahora que está bajo el mando de una administración emanada de partido diferente, sí dé los resultados y se note en hechos reales la efectividad de sus acciones.

En tanto todo esto sucede, la Auditoría Superior del Estado de Coahuila reporta que el cuatrienio presidido por Eduardo Olmos Castro, ha multiplicado por seis la deuda municipal, de acuerdo al reporte emitido en el ejercicio de 2011. Pasando de casi 77 millones que recibió de pasivo, a una deuda de poco más de 462 millones. Esto apenas a la mitad de su mandato, aunque para octubre de 2012, el pasivo reportado había disminuido a 433 millones de pesos.

Esta cifra 168 millones se cataloga como pasivos a largo plazo y el resto, 263 millones es adeudos con proveedores y acreedores. Bonita cosa.

Esto quiere decir que además de tener que soportar por las circunstancias que sean, geográficas y de división política, que ha hecho tal vez un campo fértil para la confrontación de grupos criminales de diferentes latitudes del país que vinieron a confrontarse aquí, además de ser arrastrados en el caso de Coahuila los laguneros a ser los mayores deudores per cápita de México, gracias a la decisión del saltillense Humberto Moreira, ahora resulta que también el municipio de Torreón está igual de atascado que la tesorería estatal, y eso es responsabilidad de un torreonense, no como en los otros casos.

De la indignación pasamos a la rabia, se puede entender que gente de fuera no tenga siquiera respeto por esta tierra, pero lo que Eduardo Olmos permitió que le pasara a las finanzas de esta ciudad, simplemente no me lo puedo explicar. El profe Moreira cuando quiere justificar su megadeuda al menos se remite a su obra pública, pero ¿dónde están los 360 millones de diferencia de pasivo de los que recibió Olmos a lo que ahora se debe?

Es terrible lo que nos pasa a los laguneros: la violencia; la estratosférica deuda coahuilense; la sequía brutal; y ahora la deuda del municipio de Torreón, ¿pues qué habremos hecho como sociedad para merecernos tantas calamidades?

eirazoqui@elsiglodetorreon.com.mx

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