Una asamblea de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación votó en la madrugada de este 6 de junio por levantar el plantón que mantenía desde el 21 de mayo en la ciudad de Oaxaca. A partir de este jueves 7 de junio, los maestros reanudarán las clases para 1.3 millones de estudiantes del estado.
Es una buena noticia, pero matizada. La sección 22 ha obtenido una vez más beneficios especiales del Gobierno Estatal a cambio de levantar el plantón. El que se conoce públicamente tiene que ver con la prueba ENLACE. Oaxaca es la única entidad en que la Secretaría de Educación Pública aceptó no aplicar la evaluación por petición del Gobierno local. No sabemos qué otros acuerdos pueda haber logrado la Sección 22 con Gabino Cué, un gobernador al que apoyó como candidato.
Al obtener beneficios especiales a cambio de retirar el plantón, la sección 22 sigue acumulando incentivos para que estos movimientos continúen en el futuro. No faltarán excusas para que en mayo de 2013 se registre un nuevo paro como los que hemos visto en los últimos 32 años. Si siempre los plantones han terminado con premios, ¿por qué no continuar con la estrategia?
Pero ahí no queda el asunto. Si bien los maestros de la Sección 22 llegaron a un acuerdo con el Gobierno de Oaxaca y decidieron levantar el plantón en la capital del estado, también determinaron concentrar sus protestas en la Ciudad de México. Ahora movilizarán al 30 por ciento de sus miembros al Distrito Federal para aumentar la presión al gobierno de la república.
¿Cómo es posible que los maestros de la Sección 22 digan que están regresando a las aulas cuando al mismo tiempo mandan al 30 por ciento de sus integrantes a las movilizaciones de la Ciudad de México? ¿Acaso sobran 30 por ciento de los maestros de Oaxaca? ¿O un tercio de los alumnos del estado tendrán que quedarse sin clases?
Los maestros de la Sección 22 confían en que podrán sacarle al Gobierno Federal panista concesiones adicionales a las que ya han obtenido del gobierno de Oaxaca. En el peor de los casos este es un año electoral y quitarle algunos votos al PAN es un beneficio adicional que sin duda agradará a los líderes de la Sección 22.
Pero, cuidado, porque no hay certeza de que el golpe termine por afectar a Acción Nacional. De hecho, el jefe de gobierno del Distrito Federal, el perredista Marcelo Ebrard, que podría uno suponer favorable a las acciones que dañaran al PAN, hizo desde hace días un llamamiento a los maestros disidentes para que levanten el plantón del Zócalo, un espacio que dice es de todos y no nada más de un grupo. La Sección 22 no sólo no ha respondido a la petición, sino que ahora amenaza con fortalecer el plantón.
La Sección 22 y la Coordinadora, la CNTE, parecen decididas a tomar un papel protagónico en el actual proceso electoral como lo tuvieron en 2006, cuando paralizaron el centro de la ciudad de Oaxaca por meses hasta que, después de la elección, intervino la Policía Federal. La maestra Elba Esther Gordillo, por lo pronto, ha hecho a un lado sus rencillas con el presidente Calderón para publicar un desplegado en que cuestiona los paros y apoya al mandatario en su grito de "Ya estuvo bueno".
Ni la Sección 22 ni la CNTE tienen, sin embargo, razones para echarse para atrás. Los plantones y las movilizaciones les han sido muy redituables en tratos especiales, dinero y poder. ¿Por qué abandonar una estrategia que hasta ahora ha funcionado a las mil maravillas?
LA CORRIMOS
"Corrimos a Wallace" se enorgullecían ayer los estudiantes de la UAM Iztapalapa que lograron evitar que la candidata del PAN al D.F. se presentara en la escuela. La llamaron incluso fascista. Quizá no se han enterado que los fascistas eran quienes reventaban los mítines de sus rivales políticos y no viceversa.
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