EFE
Soldados y habitantes transportan sacos de arroz por una carretera destruida en la localidad de Guihulngan, en isla de Negros, en el centro de Filipinas, tres días después del terremoto de 6.7 grados en la escala abierta de Richter que sacudió la región. Las autoridades filipinas elevaron hoy a 63 el número de muertos en el terremoto.