Tiempos de sequía
México está viviendo su peor sequía en los 70 años en que se han mantenido registros en nuestro país. Dos terceras partes del territorio nacional, en el centro y el norte del país, reflejan condiciones de sequía, mientras que la otra tercera parte, en el sureste, ha tenido precipitaciones importantes e incluso excesivas, como ha ocurrido en Tabasco y Chiapas en los últimos años.
No hay certeza sobre el tema, pero se piensa que la sequía puede ser una condición permanente en el norte de México como consecuencia del calentamiento global. Esto obliga a tomar medidas que permitan enfrentar un futuro con una cantidad significativamente inferior de agua en regiones bastante pobladas y que tienen una actividad agrícola e industrial muy importante.
Quizá lo primero que debemos considerar es que dos terceras partes del consumo de agua en nuestro país se concentran en la actividad agropecuaria. Si realmente queremos disminuir el consumo es inevitable concentrarse en ella. De hecho, en México tenemos un sistema perverso en el que no solamente no se cobra el agua de uso agrícola, sino que se ha establecido un sistema de cuotas que genera incentivos para mantener consumos altos, ya que si se bajan los consumos se reducen también las cuotas para los siguientes años.
Es importante entender que el agua es un bien colectivo. Un agricultor no puede simplemente extraer toda el agua que encuentre en un terreno porque al hacerlo estaría despojando a otros vecinos de su derecho a ese mismo acuífero. Se necesita un sistema de administración razonable que le dé un precio al agua para que las decisiones sobre su uso tomen en cuenta que se trata de un recurso valioso que debe ser usado de forma conjunta.
Es verdad que si se tiene un precio alto del agua, algunos cultivos se volverán inviables. Pero ésta es una consecuencia económica natural y deseable. Los agricultores y ganaderos del norte del país deben concentrarse en aquellos productos que son más adecuados a las condiciones de aridez que imperan en esa parte de México. Regalar el agua solamente lleva a que se produzcan bienes que utilizan una gran cantidad de líquido.
Un precio alto del agua obligará a los productores del campo a buscar también opciones tecnológicas. El riego por goteo o la hidroponía en invernadero son dos de las formas de mejorar el uso del líquido. La llamada lluvia sólida, que mantiene el agua en forma de gel, permite un uso mucho más eficiente que el tradicional. Algunos cultivos transgénicos necesitan menos agua y son, por lo tanto, más adecuados a las condiciones de aridez de nuestro país, pero por dogmas absurdos impuestos por grupos políticos su uso está prohibido en México. Cuando hay precios altos para el agua también se generan incentivos para mejorar la infraestructura hidráulica y eliminar fugas.
La solución a la sequía no radica, como proponen algunos líderes, en dar más dinero a las organizaciones sindicales o de productores. Esto no hará más que seguir enriqueciendo a unos cuantos políticos y dirigentes abusivos. Lo que hay que hacer es establecer políticas sensatas que permitan un uso más racional del agua.
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