Sin agua. Desde finales de abril, los vecinos de Los Ángeles se abastecen de agua a través de tinacos, pero prefieren no tomarla.
Desde hace casi tres meses, cerca de mil personas sufren por la falta de agua en Lerdo, luego de que el pozo que abastece a las comunidades de Los Ángeles, el Rayo y una parte del Seis de Enero se colapsara. Actualmente, las familias afectadas son atendidas con pipas de agua por parte de la Comisión Nacional del Agua, pero debido a su alto contenido de cloro es imposible su consumo.
Los afectados exigen una solución definitiva, como es el caso de Angélica. Aunque frente a su casa se instaló un tinaco de 10 mil litros, dice estar cansada de llenar tinas y tinas de agua para cubrir sus necesidades.
Debido a los altos niveles de cloro, es imposible tomarla por lo que sólo la utiliza para la limpieza de su hogar. "Tampoco sirve para bañarnos porque el cloro nos pica en la piel", dice Angélica.
Para no enfermarse, ella y sus vecinos como Alberto y Viridiana, han optado por comprar garrafones de agua purificada para cocinar y para beber. "Ya nos sale más caro, pues cada garrafón nos cuesta 26 pesos y sólo nos dura tres días", dice Viridiana.
Cansados de la falta de agua, un grupo de vecinos acudieron a la Presidencia para solicitar un encuentro con el alcalde, pero ante la ausencia de éste, Antonio Cossío, primer regidor, y el titular de Desarrollo Social, Eliseo Medina, los atendieron. Ambos les explicaron a los afectados que en una semana podrían iniciar la perforación de un nuevo pozo.
