PARA COLEGIALAS ZURDAS
Muchas estudiantes que escriben con la mano izquierda se desesperan porque al escribir con tinta ellas mismas manchan el papel con su propia mano a medida que avanzan con la pluma. Esto ocurre cuando están de prisa y no pueden esperar a que seque lo escrito. Como resultado, muchas veces tienen que repetir las notas para entregar trabajos limpios. Es más, al terminar se encuentran con que su mano y su brazo están manchados de tinta. Pues bien, la mejor solución sería comprar una buena pluma que no manche y que tenga tinta que seque con rapidez. Ambas cosas se fabrican, pero habrá que buscarlas pacientemente y probarlas antes de comprarlas. También pueden cubrir lo escrito con una hoja de papel limpia para que la mano descase sobre él y no encima de la tinta fresca. Si el papel es secante, mejor. Con los lápices también suele haber problema, pero en menor escala. Así pues, procuren buscar lápices de puntillas duras, pues mientras más suaves son, más riesgo hay de que dejen borrones.
DEDOS MANCHADOS DE BETÚN
Frótelos con un paño mojado en aceite de bebé y lave sus manos como siempre.
SERVILLETAS PARA EL CÓCTEL
Si a la hora de servir a sus invitados las copas, descubre que carece de servilletas apropiadas para pasarles, no se preocupe, saque sus tijeras de zigzag, doble las servilletas grandes en cuatro partes y tendrá muchas servilletitas muy graciosas. Si tiene tiempo y lo desea, puede hacerles onditas en las orillas en lugar de cortarlas en picos.
GUANTES DE HULE
A todas las señoras de la casa que acostumbran trabajar con guantes de hule, al cabo de algún tiempo se les han quedado un buen número de la mano izquierda, porque los de la derecha, como es natural, sufren mayor deterioro y desgaste. Ahora bien, convierta esos guantes sobrantes en pares completos, volteando simplemente al revés algunos de ellos, que en esta forma se podrán usar perfectamente en la mano derecha.
ACOMODANDO PARA EL VIAJE
Cuando vaya a acomodar sus maletas para un viaje, ponga sus trajes con pantalón, vestidos y otras prendas, sobre un gancho, luego cúbralo con una bolsa de plástico grande. Luego colóquelas sobre la cama y dóblelas en tres partes para que quepan en el veliz. Al llegar, sólo tendrá que levantar el gancho y colgarlo. La ropa no tendrá arrugas y no tendrá que buscar ganchos para ponerlas.