BARRY Larkin, que jugó 19 temporadas con los Rojos de Cincinnati, fue el único jugador electo para el Salón de la Fama de las Ligas Mayores, quedándose cortos el que lucía favorito Jack Morris, pitcher, y el jonronero Jeff Bagwell del Astros de Houston.
Larkin jugó la mayor parte de su carrera como shortstop y fue más reconocido por su ofensiva que por su defensa, terminando con un average de .295 que es muy alto para un jugador de esa posición. Además tenía poder y dio sus jonrones con unos Rojos que necesitaban que les sucediera algo bueno después de muchos años de estar fuera de los playoffs y campeonatos.
Larkin se une al tercera base Ron Santo, un Cachorro de Chicago la mayor parte del tiempo, como los dos exjugadores que estarán siendo recibidos este año en Cooperstown, donde siempre ha estado el Salón de la Fama de Grandes Ligas.
Larkin fue una vez el Más Valioso de la Liga Nacional y ganó nueve bates plata.
Ni Vinicio Castilla ni Bernie Williams estuvieron cerca. Vinicio Castilla bateó 320 jonrones y un promedio de .276, siendo un gran empujador y un formidable tercera base a la defensiva que le negaron injustamente el Guante de Oro que mereció en varias campañas. Incluso tiene Vinicio el mejor récord de fildeo por un tercera base en la historia de los Bravos, ya fueran de Boston, Milwaukee o de Atlanta. Igualmente es con Eddie Mathews, aquel jonronero también del Bravos, los únicos terceras bases en la historia de las Ligas Mayores en batear 40 o más jonrones. Se dice fácil, pero en toda la historia es mucho tiempo.
Desgraciadamente los cronistas de la actualidad en Ligas Mayores dejan mucho que desear comparados a los de antes y no toman en cuenta a los grandes bateadores que tuvo Rockies de Colorado ya que en la ciudad de Denver, por la altura, la pelota vuela demasiado.
Vinicio demostró con los números que también daba una buena cifra de jonrones en la gira, pero solamente al haber estado con los Rockies no los toman en cuenta. Está en la misma situación que Andrés Galarraga y Larry Walker.
En cuestión de estadísticas globales, sin embargo, es difícil entrar al Salón de la Fama sin dar 500 jonrones o tener tres mil hits, o también con mucho porcentaje de bateo como Tony Gwynn. Por eso es el recinto tan especial, aunque Vinicio merecía más del tanto por ciento que recibió.
Por su parte, el boricua Bernie Williams, también en su primer intento de candidatura, se quedó con tanto por ciento. Aunque dejó récords de play offs para la posteridad la gran mayoría de los cronistas son antiyanquistas al votar no con los conocimientos y con honestidad, sino con la mente llena de rencor.