HACE unos días me mandó un correo el gran historiador yucateco Carlos Castillo, que por cierto publicó en su último trabajo un estudio completo sobre el año de 1905 que fue muy importante en la pelota de la península, y quien me contó cómo William Berzunza recuperó la pelota que representó el último out para que el Diablos Rojos fuera campeón de 1964.
En el juego del campeonato contra los Tigres, el gran Leo Rodríguez manejó una rola de Gregorio Luque y tiró a primera para que Berzunza lograra el out 27 que significó el título rojo.
Llevado por la adrenalina del campeonato, Berzunza se volteó hacia los aficionados rojos del lado derecho y mandó la pelota al segundo piso en una noche de gran asistencia.
Siempre me pregunté si William Berzunza no se arrepintió de regalar lo que pudo haber conservado como un gran recuerdo: la pelota del out del campeonato. Ese momento y esa pregunta lo recordé en el libro "Tommy al Bat" y ahora Carlos Castillo acaba de resolver el caso de la "pelota perdida".
Castillo acaba de entrevistar a Berzunza, un excelente bateador y primera base que ya está en el templo de inmortales, y le contó que después de haberle regalado la pelota a un aficionado con suerte, llegó a pensar que mejor se la hubiera guardado como un gran recuerdo, pero lo hecho, hecho está.
Sin embargo la noche en que los Diablos se coronaron, la directiva del equipo organizó una gran celebración en el centro nocturno que era de gran postín en aquel tiempo, "La Fuente", situado en la avenida Insurgentes, y en donde actuaban en el show la preciosa Ana Bertha Lepe y Manuel "Loco" Valdez. Y le contó Berzunza a Carlos Castillo que cuando llegó al centro nocturno un aficionado en la puerta le pidió que le autografiara la pelota, que él había atrapado en el segundo piso de las gradas al acabar el juego.
Berzunza estaba autografiando la pelota cuando dijo que le hubiera gustado guardarla como gran recuerdo y entonces el aficionado le manifestó que con mucho gusto le quería devolver esa bola ya histórica. De esta manera Berzunza recuperó la pelota que había regalado del último out y más que bola lució como un bumerang.
