EN el cierre de la novena entrada el juego de Dodgers y Gigantes estaba empatado a dos carreras cuando los azules pusieron corredor en segunda base con un out y le tocó batear al mexicano Luis Alfiso Cruz que ha sido, aunque usted no lo crea, el jugador favorito de los aficionados de Los Ángeles en el último mes de temporada. Los 33,000 espectadores en el estadio del Dodgers se pararon para gritar en coro el apellido del "Cochito".
En la transmisión de Televisión, con el formidable Vince Scully haciendo una narración fantástica como siempre a pesar de sus 86 años de edad, se escuchaba el grito del público de "¡Cruz, Cruz, Cruz …!". Fue formidable ver cómo un jugador nuestro de la noche a la mañana es el más querido de un equipo lleno de jugadores estrellas y millonarios.
Cruz abanicó el primer lanzamiento en un slider muy afuera que lo engañó totalmente pero en la segunda pitcheada del dominicano Santiago Casilla respondió al entusiasmo total con una línea de hit al jardín central. ¡La locura!. Sin embargo el corredor de segunda, Hanley Ramírez, no pudo anotar, ya que la línea fue demasiado fuerte y quedaron corredores en tercera y primera.
Después de una base vino a batear el dominicano Elián Herrera, ya que al manager Don Mattingly no le quedaban más reservas y dio una línea por segunda base que le dio en el guante estirado hacia arriba a Marco Scutaro, con la pelota yéndose a territorio corto del jardín central para que entrara la carrera del gane ante el entusiasmo general.
Sería un milagro que los Dodgers calificaran pero mientras hay vida, hay esperanza. Tenían que ganar los dos juegos restantes al acérrimo rival Gigantes y que Cardenales perdiera los dos que quedaban con Cincinnati para terminar empatados como segundo comodín.
Cruz llegó a 39 carreras empujadas y su promedio está en .301 con seis jonrones. Para el año que viene tiene derecho al arbitraje y después de esta segunda mitad tan formidable me imagino que los Dodgers le van a dar un contrato de varios años. Aunque siguen estando por los tres millones de aficionados al año, los Dod-gers ya no llenan su parque cada día como lo hicieron por mucho tiempo.