¿Q UÉ LE PASÓ A NUESTRA CIUDAD? Eso es lo que nos preguntamos todos. ¿Por qué Torreón se encuentra en este estado de abandono y dejadez? La que una vez fue orgullo de los laguneros y de la comarca, es ahora una ciudad que da pena a propios y desencanto a los visitantes.
PRIMERAMENTE el llamado pomposamente "Centro Histórico", se convirtió en un zoco moruno. La vieja Alianza bajó hasta la Plaza de Armas y con ella bajó también la prostitución, que hoy deambula sin ningún control ni reglamentación. El viejo restaurante Apolo Palacio, quedó como una horrible y pintarrajeada barda frente a la Plaza. El que fuera Cine Princesa es hoy un feo estacionamiento con bardas con grafitis. Edificios como el Monterrey, están en el abandono y casi desocupados. El Hotel Elvira de primorosa cantera rosa, es hoy la casa y cuartel de las policías que tratan de combatir a la delincuencia.
NUESTRO CENTRO ESTÁ plagado de comercios con enormes letreros de vil manta y pésimo gusto que dan la impresión de que Torreón es un mero rancho en decadencia. Y ni qué decir de los espantosos paraguas y tubería de aluminio que nos heredó la pasada administración municipal para acomodar ambulantes. Nuestra entrada a la ciudad por la calle Múzquiz está plena de cantinas, bares, fondas y comercios destartalados que es una vergüenza, comparada con el bulevar Miguel Alemán la entrada a Gómez Palacio.
LA CALZADA COLÓN que fuera el lujo de Torreón, no ha sido cuidada ni conservada. Tampoco ha sido sujeta a una estricta reglamentación urbana y de usos del suelo. Enormes lotes baldíos, gasolineras, casas derruidas o abandonadas, todo sin ningún orden ni sentido. En el sector oriente, desde la calzada Colón hasta la calzada Cuauhtémoc, el pavimento levantado, mal reconstruido, polvoriento, en fin todo abandono y gris.
NUESTRA CIUDAD QUE PRESUMÍA de ser limpia, ahora sufre la basura en muchas colonias, en calles y avenidas. La ciudad padece de grafitis por todos sus rumbos. Las casas y edificios abandonados por falta de una eficaz vigilancia policiaca, son presa fácil de grafiteros. Todo esto auspicia el aspecto sombrío y gris de la ciudad.
LA MACROPLAZA ya se quedó como muestra y abandonada. En torno a ella ha crecido el deterioro urbano. Además, no se sabe cuántos años deberán pasar para la regeneración de la zona y terminación de las obras. La autoridad municipal no quiere hacer cumplir la ley. Cada quien construye como quiere y como le da su regalada gana. Existe una creciente contaminación visual. Aquí cualquiera puede colgar espantosas y enormes mantas anunciando en cualquier pared, barda o edificio.
QUIZÁ LAS PERSONAS mayores ya estemos acostumbradas a la fealdad de nuestra ciudad (con sus contadas excepciones, claro) por haberla visto así durante años; Los jóvenes sin embargo, no se han dado cuenta del deterioro en razón de que no conocieron el otro Torreón y piensan que siempre ha sido igual. Si a todo esto agregamos la terrible destrucción de nuestros árboles en calles y avenidas con motivo de la última helada, no es de extrañar que parezcamos casi una ciudad polvorienta perdida en medio del desierto. En esto de la reforestación tampoco el Municipio ha instrumentado programa alguno.
Obras Públicas y Urbanismo Municipal parecen no tener idea del urgente rescate urbano que nuestra ciudad demanda. Cuando visitamos ciudades como León, Irapuato, Aguascalientes, San Luis Potosí, el mismo Saltillo o Querétaro, por mencionar algunas de esas urbes, que sí han sabido crecer ordenadamente y que ya nos superaron, es cuando nos damos cuenta del lamentable atraso en que nos encontramos.
Por los años cincuenta y sesenta y hasta los ochenta quizá, Torreón era una ciudad mucho más grande e importante que las que ahora nos han rebasado y además, era un modelo de desarrollo urbano a seguir en el país.
POR ESO LA PREGUNTA: ¿Pero qué nos pasó?
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