La fatiga y el estrés dañan el ambiente nutricional en el vientre y causan bajo peso en el recién nacido. INGIMAGE
La legislación laboral vigente en los Estados permite periodos de descanso para las mujeres que están embarazadas tanto en la etapa previa al parto como en las primeras semanas después de dar a luz, sin embargo existen mujeres que optan por trabajar hasta que les sea posible, en algunos casos hasta el mismo momento en que se rompa la fuente o entren en labor de parto. Aunque esto podría resultar seguro, un nuevo estudio concluye en que puede ser peligroso.
De acuerdo a información del Huffington Post que cita una investigación de la Universidad de Essex publicada en el Journal of Labour Economics, trabajar en los últimos días del embarazo tiene un impacto tan negativo en el bebé como lo tendría el fumar estando embarazada.
La investigación se basó en el estudio de tres encuestas, dos en el Reino Unido y una en Estados Unidos y en base a lo analizado se concluyó que aquellas mujeres que trabajaban hasta que se rompiera la fuente o entraran en labor de parto daban a luz a bebés que pesan, en promedio, media libra menos, lo que equivale al mismo riesgo de fumar durante el embarazo
Lo anterior, según los investigadores, puede deberse a la fatiga y el estrés, que dañan el ambiente nutricional en el vientre.
El consejo, pues, es dejar de trabajar entre los seis y ocho meses de embarazo, lo que permitiría un desarrollo adecuado del bebé y un peso ideal de este al momento del nacimiento.
^AC