En la recta final de su gobierno, el presidente Felipe Calderón envió al Congreso de la Unión una iniciativa para crear la Ley de Contabilidad Gubernamental, que pretende obligar a estados y municipios a una mayor transparencia en el manejo de sus finanzas, en temas como ingresos, participaciones federales, gasto y deuda.
Al mismo tiempo, antes de iniciar su propio gobierno, el presidente electo Enrique Peña Nieto envió su propia iniciativa para ampliar las facultades del Instituto Federal de Acceso a la Información a estados y municipios, para que este organismo pueda obligar a gobiernos locales a abrir información cuando las solicitudes de acceso sean negadas por los institutos estatales.
Ambas iniciativas son necesarias porque reconocen que los gobiernos estatales y municipales no presentan el mismo avance en acceso a la información pública que el logrado a nivel federal en la última década.
De aplicarse, ambas iniciativas permitirán a los ciudadanos conocer mejor el trabajo de sus gobiernos locales.
A nivel local algunos gobiernos han tomado cartas en el asunto. En el caso de Coahuila se destaca una apertura de la información financiera en el actual gobierno que no había en la administración anterior. La presentación mensual de estados financieros permite conocer con detalle el destino de los recursos públicos de manera que no sería necesario que una instancia federal obligue al gobierno estatal a abrir estos datos.
Sin embargo, estas medidas miran al futuro y no al pasado. Hay todavía muchas cuentas pendientes en el gobierno de Coahuila sobre el destino de los 35 mil millones de pesos de deuda que la administración anterior contrajo de manera oscura y en muchos casos fraudulenta.
Hasta ahora el actual gobierno no ha hecho con la deuda el mismo manejo transparente que hace con sus finanzas actuales. Por otra parte, en Torreón todavía existe un debate sobre el endeudamiento real del Municipio, cuyos números no han sido aclarados y son motivo de controversia.
En Coahuila reformas como las propuestas de Calderón y Peña Nieto, de haberse presentado hace años, hubieran evitado el excesivo endeudamiento al poner una “lupa” sobre las finanzas estatales. De la misma forma, podrían aportar más claridad sobre las deudas municipales.
Pero como el “hubiera” no existe, es necesario que las reformas en materia de contabilidad gubernamental y acceso a la información sean una herramienta para transparentar no sólo las cuentas futuras, sino también las pasadas.
