El trastorno disfórico premenstrual causa síntomas mucho más severos que los que se padecen con el llamado síndrome premenstrual. INGIMAGE
El trastorno disfórico premenstrual es un conjunto de síntomas físicos y emocionales que padecen las mujeres durante los días previos a la menstruación, los cuales son mucho más severos que los que se padecen con el llamado síndrome premenstrual.
La jefa del servicio de ginecología del Hospital General de Zona número uno del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Adriana Pérez, explicó que este padecimiento se caracteriza por depresión, irritabilidad y tensión severas durante la segunda fase del ciclo hormonal.
“Hasta el momento no se han identificado las causas, sin embargo, se considera que influyen diversas tendencias familiares, pues se asocia a un importante porcentaje del ausentismo laboral y genera compras compulsivas”, expuso.
Señaló que “algunos estudios extranjeros refieren que el 62 por ciento de los crímenes cometidos por mujeres son en la semana previa a la menstruación”.
Explicó que algunos de los síntomas que se han detectado por dicho trastorno son dolor de cabeza, espalda, calambres en el vientre, aumento de peso, molestias abdominales, dolor en los senos, ansiedad e irritabilidad.
Asimismo, ataques de pánico, desinterés en las actividades diarias y en la relación con las personas, pérdida de la memoria, deseo vehemente de consumir alimentos y alteraciones en el estado de ánimo, al grado de llegar a tener pensamientos suicidas.
La especialista aclaró que se trata de una situación extrema y de un conjunto de padecimientos severos de los cuales no se registran pacientes en el Hospital General de Zona número uno de esta ciudad.
Destacó que mientras que en el síndrome premenstrual (SPM) las alteraciones son moderadas, en el trastorno disfórico premenstrual (TDPM) las manifestaciones son agudas.
Señaló que el tratamiento que se otorga a las pacientes no es farmacológico, ya que, fundamentalmente se trata de ayudar a la paciente a que conozca su enfermedad y esté consciente de ella.
“Se sugieren programas de relajación, ejercicio de tres a cinco veces por semana, tener un descanso adecuado y llevar una dieta balanceada; en otras palabras un estilo de vida activo y saludable, cuando se tiene un estricto apego a las indicaciones médicas las posibilidades de éxito son muy amplias”, indicó.
