Expertos señalan a los trastornos de personalidad como precursores de suicidio. INGIMAGE
Los trastornos de la personalidad constituyen fuertes predisponentes para la comisión de suicidio, señaló el experto en psiquiatría del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, José Contreras Plascencia.
El médico, adscrito al Centro Comunitario de Salud Mental (CCSM) número 1 del IMSS en el estado, indicó que, sobre todo en las últimas tres décadas, el fenómeno suicida ha registrado un aumento considerable.
A manera de ejemplo, dio a conocer que en el Centro son entre cinco y siete las personas que se atienden por día por tentativa suicida.
Destacó que los cambios culturales traducidos en exigencias que van desde el aspecto físico, hasta el estatus académico, laboral y personal, han mermado la capacidad de aceptación del individuo y esto, junto con otras situaciones propician la frustración.
Así como la falta de disfrute de cualquier actividad y, en un momento de crisis, facilita la comisión de la tentativa o incluso del suicidio, destacó el experto.
Afirmó que quienes tienen trastornos de personalidad carecen de capacidad para afrontar situaciones diversas, desde las más leves hasta las complejas, y generalmente están insatisfechas consigo mismas, desde su aspecto físico, hasta el intelectual, de ahí que sean más proclives al suicidio.
El médico detalló que la personalidad influye en la reacción de cada persona ante situaciones o necesidades, y quien padece algún trastorno en la misma es incapaz de establecer cualquier relación, sea personal o profesional.
“Cuando lo hace, es de una manera patológica (enfermiza) y tiende a traducirse en un rechazo generalizado que lo lleva a percibirse como un estorbo o una carga para los demás”, dijo.
Al referir que por cada suicidio consumado hay al menos 10 tentativas, resaltó la importancia de que en el entorno familiar se propicien ambientes sanos que contribuyan a generar “autoconfianza” y seguridad en cada uno de sus miembros.
Agregó que es necesario ser objetivos y “adecuar nuestras necesidades a nuestras capacidades, cuándo podemos ser felices si nos ponemos metas más altas y van a ser inalcanzables, o a la inversa si las tomamos inferiores a nuestra capacidad, siempre vamos a estar con la sensación de vacío”.
Resaltó la importancia de una comunicación estrecha al interior del núcleo familiar y prestar atención a síntomas que reflejen trastornos de la personalidad y que generalmente se traducen en cambios de humor, poca tolerancia a la crítica y dificultad para establecer relaciones interpersonales en cualquier terreno.
“Ante estos síntomas no hay que señalar al afectado, sino buscar ayuda de profesionales y no subestimar actitudes, porque esto puede ser mortal”, aseveró.