Giovani dos Santos sabe que jugar en Centroamérica no es fácil para los mexicanos. (Jam Media)
Ambiente hostil, insufrible. Afición enardecida para intimidar y amedrentar a la selección nacional. Giovani dos Santos sabe que el estadio Cuscatlán es una aduana cercana al infierno futbolístico.
“En El Salvador siempre van a ser partidos complicados, nos espera una ‘guerra’”, avisa el atacante tricolor. “Hay que ir preparados al 100 por ciento física y mentalmente y tener la seguridad de que vamos a tener un buen partido allá”.
Ejemplos de la animadversión salvadoreña puede haber muchos. Pero uno de los peores fue la visita del Tri en las eliminatorias mundialistas de 2009. Estaba fresca en la memoria la epidemia en nuestro país de la influenza A H1N1. Los habitantes del país centroamericano utilizaron el pánico generado por esa enfermedad para herir el orgullo nacional.
“No tenemos ánimo de revancha, no tenemos esa sensación de venganza, pero sí tenemos memoria, tenemos recuerdos de lo que nos pasó allá, llegamos y nos maltrataron con tapabocas humillándonos de un problema serio nacional”, reclamó el entonces estratega de México, Javier Aguirre en aquel entonces.
Gio se muestra tranquilo pese a reconocer el entorno hostil. Sonríe cuando se le anuncia el próximo partido de la selección nacional. En ese gesto muestra la confianza en él y sus compañeros para dar otro paso positivo rumbo al Hexagonal final de la Concacaf. Dos Santos dice que están acostumbrados a la animadversión en el ambiente.
“Son cosas que algunos de nosotros ya estamos acostumbrados, para algunos será algo nuevo”, presume. “Todos tenemos experiencia para llevar eso y descansar lo más posible antes del partido”.
Uno de los sobrevivientes de aquella selección que visitó a “La Selecta” en 2009 es Andrés Guardado. El mediocampista considera que el público local es el que ha creado una enemistad profunda hacia el Tricolor, pero que la calidad está del lado verde, argumento que hay que demostrar en el Cuscatlán.
“Ellos (aficionados) lo hacen así. Nosotros tenemos que hacer guerra dentro de la cancha, aunque no me gusta llamarlo así”, expresa el hoy futbolista del Valencia de España. “Sólo hay que demostrar que somos superiores en la cancha”.
Lo único que causa cierta zozobra en el volante zurdo mexicano es que la última vez que jugó un conjunto nacional en El Salvador la victoria se quedó en el bando local.