Seguridad. Un grupo de víctimas de la violencia reprochó la gestión política a tres de los aspirantes a la Presidencia en México y les pidió comprometerse, gobiernen o no, con la paz del país.
Integrantes del Movimiento Justicia y Dignidad, que agrupa a víctimas de la violencia como el poeta Javier Sicilia, tundieron ayer con reclamos a los cuatro candidatos presidenciales.
A la panista Josefina Vázquez Mota le dijeron que era la continuidad de una política de horror y de un partido que se ha corrompido; al priista Enrique Peña Nieta le advirtieron que para muchos representa el regreso a la corrupción y que tiene una campaña desvergonzada.
Al perredista Andrés Manuel López Obrador le expresaron que muchos lo consideran intolerante, sordo, mesiánico y que busca la confrontación, mientras que a Gabriel Quadri, aspirante de Nueva Alianza, le reprocharon ser el representante de la corrupción sindical.
Primero a Vázquez Mota, Sicilia le dijo que para muchos ella representa a un partido "que después de 12 años deja como una de sus herencias un inmenso camposanto como patria", y la continuidad de una política que ubica al país en el horror, la miseria y el despojo.
"Yo sí pido perdón y pido disculpa por cualquier omisión que se haya dado en nuestros gobiernos (...) por aquellos funcionarios que no hicieron lo propio en su tiempo y en su circunstancia", expresó la aspirante presidencial panista.
Al priista Peña Nieto, el poeta le dijo que representa el regreso al pasado, al origen de la corrupción, al voto corrompido, y a los intereses de los monopolios de la comunicación.
Trinidad Ramírez, esposa de Ignacio del Valle, el líder de Atenco, reclamó con dureza al candidato tricolor el operativo en contra de los comuneros que protestaban para evitar que sus tierras se vendieran para construir un nuevo Aeropuerto.
"Soy el primero en lamentar los excesos cometidos, pero también lo que dejó la Corte establecido es que el uso de la fuerza corresponde al Estado emplearla", se defendió Peña.
Al tabasqueño López Obrador, Sicilia le dijo que para muchos representa la intolerancia, la confrontación, el resentimiento político, el mesianismo y la incapacidad de autocrítica para señalar y castigar las corrupciones de muchos miembros de su partido y de candidatos que arropó, como Manuel Bartlett.
El perredista le pidió no meterlo en el mismo costal que a los otros candidatos.
"No soy autoritario, no soy mesiánico, no soy nada de eso que tú mencionas y que han utilizado los que no quieren un cambio en este país. Puedo voltear a ver a los ojos a todos. No tengo nada de qué avergonzarme. Entiendo muy bien el problema", le replicó a Sicilia.
