Tuyo, mío y nuestro
Las finanzas constituyen una base importante para incrementar la calidad de vida en pareja. Un acuerdo sobre la forma de manejar el dinero es indispensable para aprovechar al máximo los recursos monetarios y psicológicos. La tarea es aceptar los retos de la administración efectiva y disfrutar sus buenos frutos.
El tema financiero ha estado en el corazón de las parejas desde hace muchos siglos. En el mundo anterior al nuestro, el capital y la política eran los factores fundamentales para la elección de los contrayentes y los términos del enlace, todo en función de los intereses familiares y sociales. Hoy, ya con la decisión centrada en los miembros de la pareja, las cuestiones económicas mantienen un lugar de privilegio en el vínculo de los accionistas de cada empresa conyugal. El abordaje explícito de los asuntos vinculados al dinero relaja el clima en la relación y libera recursos para la entrega mutua y la realización integral de cada individuo involucrado.
UN INGRESO PERSONAL
La segunda mitad del siglo XX marcó la entrada del sexo femenino al trabajo en los ámbitos exclusivos del varón, e inauguró con la remuneración monetaria una dinámica social diferente. Hablamos de un movimiento irreversible y significativo que abrió múltiples oportunidades para la mujer, quien adquirió poder y autonomía económicos, y ejerció su capacidad para tomar decisiones sobre sí misma y su entorno. Aunado a lo anterior, la pérdida del poder adquisitivo hizo necesaria la contribución explícita de la mujer al gasto de muchos hogares.
El nuevo rol femenino originó un diálogo inédito sobre el manejo del dinero en la relación marital, bajo dos escenarios básicos: uno, donde el ingreso se pone en una sola partida y es administrado en conjunto. Y otro, donde cada consorte controla su propio capital. Ambos se encuentran vigentes y son opciones concretas para toda pareja.
Es posible asociarlos a los dos tipos de matrimonio reconocidos por las leyes mexicanas: el primero, a la sociedad conyugal (popularmente bienes mancomunados); y el segundo, a la separación de bienes. La mayoría de los esposos en México eligen el patrimonio compartido, desde la perspectiva de casarse para toda la vida y hasta que la muerte nos separe. No obstante, la división de posesiones mantiene una tendencia alcista, desde la previsión de protegerse ante posibles acreedores y de facilitar los trámites necesarios en caso de divorcio. Como comentario al margen cabe mencionar que según datos del INEGI (2009), en 1980 se presentaban 4.4 divorcios por cada 100 matrimonios, cifra que subió a 15.1 para el año 2009. Para Coahuila dicha proporción era de 9.1 en el 85 y de un impresionante 24.9 en 2009; mientras que Durango pasó de 6.9 a 13.4.
Además de ese contexto, hay múltiples factores externos e internos que llevan a una pareja a mantener un manejo financiero personal, y son cada vez más las que optan por hacerlo así.
ARMONÍA FINANCIERA Y AMOROSA
El acuerdo sobre la forma de gastar, ahorrar o invertir los ingresos del hogar amerita un trabajo en equipo, sin importar si la administración del dinero es común o individual. El logro de esa meta es una de las mayores contribuciones a la estabilidad de la relación y a la continuidad de la calidad de vida. Una actitud similar en ambos consortes ante la utilización del patrimonio, es fundamental para unidos sortear los obstáculos. Los desacuerdos económicos son uno de los indicadores más claros acerca de la inestabilidad, la violencia, la separación y el divorcio.
Para promover el acuerdo es recomendable (Siegel, 2008):
-Dialogar acerca de la economía familiar ordinaria y de las expectativas de cada miembro de la pareja para el tiempo venidero (en el mediano y largo plazo), incluyendo las vacaciones, o algún otro tipo de inversión. El ideal es sesionar cada semana para permitir el flujo de las ideas y su transformación en acciones que beneficien a todos.
-Decidir juntos y compartir responsabilidades los hace dueños de su vida, tanto a nivel de compromisos como de resultados. Así se vive aquello de caminar juntos en una misma dirección.
-Apoyarse mutuamente en su realización personal, respecto del trabajo y de la profesión, impulsa la satisfacción integral, incrementa los recursos psicológicos positivos y contribuye a la plena unión marital.
-Mantener un límite saludable en las finanzas consolida el clima favorable en el hogar y protege de las situaciones inesperadas, derivadas de la inestabilidad en la riqueza global o nacional.
-Buscar una mediación cuando el diálogo se rompe o resulta infructuoso. El acompañamiento profesional externo es una herramienta disponible para todas las parejas. Cuando lo mismo no resulta, es el tiempo de buscar lo nuevo o diferente.
-Promover un nivel adecuado en la autonomía individual permite contar con una partida para los gustos propios de cada uno, sin importar su destino: sea la solidaridad, el solaz esparcimiento, la formación o la actualización profesional. Dicha cantidad se mueve de acuerdo con el clima financiero: sube en los días soleados y baja, o incluso desaparece, durante las noches de tormenta. El sacrificio personal es necesario cuando los intereses comunes se encuentran en peligro.
-Gastar tiempo y dinero en conjunto alimenta el corazón y la esencia de una relación plena. Los detalles, pequeños y grandes, necesitan mantenerse durante toda la vida, por el bien de cada uno y de los dos. Centrar la vida en amasar una fortuna (sin importar las cifras implicadas), suele construir el cuadrilátero ideal para el conflicto marital y el pleito que busca la mejor sentencia judicial respecto de la riqueza acumulada (sin importar, tampoco, el nivel educativo de los luchadores).
AMA Y HAZ LO QUE QUIERAS
Lo saludable radica en el ejercicio del amor concreto, el que se vive desde el acuerdo mutuo y el trabajo en equipo, tanto en la administración compartida como en la particular. El egoísmo es tentación para ambos escenarios y la entrega total de la pareja es el antídoto para el individualismo y sus compinches. La decisión es responsabilidad de ambos, con base en los datos propios y ajenos, asumiendo siempre que las dos opciones, manejo común o separado, son válidas y legítimas.
Correo-e: juanmanuel.torres@iberotorreon.edu.mx
El capital no es un mal en sí mismo. El mal radica en su abuso.
Mahatma Gandhi, político indio (1869-1948)
El dinero es tu esclavo si sabes emplearlo; tu amo si no sabes.
Publio Siro, poeta romano (siglo I a.C.)