Los talibanes ultiman "nuevas tácticas" para su inminente ofensiva en Afganistán, que este año tendrá lugar en un escenario marcado por el inicio de la retirada de la OTAN y por el fracaso del diálogo entre EU y la insurgencia.
"Nuestros responsables militares están haciendo los planes de las operaciones, que anunciaremos a la prensa muy pronto", dijo hoy a Efe un portavoz talibán, Zabiulá Muyahid, quien añadió que este año las acciones "serán distintas de las del año pasado" El escenario de la guerra en Afganistán ha cambiado desde el año pasado con el inicio de la retirada de las tropas internacionales, que empezó en julio de 2011, y el consiguiente traspaso de las responsabilidades de seguridad a las fuerzas afganas.
A ello se une la incertidumbre política y militar que dejó el conato de negociaciones entre EEUU y los talibanes mediante una oficina de los insurgentes en Catar, una iniciativa de diálogo que se vio frustrada antes de empezar a rendir frutos significativos.
Portavoces de las fuerzas de seguridad afganas rehusaron comentar el inminente lanzamiento de la ofensiva talibán mientras no sea oficial, y desde la misión de la OTAN se restó trascendencia a dicha campaña.
"Seamos sinceros. No hace falta ningún comunicado talibán y tampoco nos importa. Haremos nuestros análisis específicos para cada región y siempre estamos listos para responder a cualquier ataque", afirmó a Efe un portavoz de la misión de la OTAN, Justin Brockhoff.
Por cuestiones climatológicas, la retirada del duro invierno afgano trae cada año un recrudecimiento de las actividades bélicas de ambos bandos, ya que el deshielo en las zonas montañosas facilita el trasiego de combatientes y el paso de suministros.
Pero los insurgentes optan además por dar un toque propagandístico a su campaña nueva campaña, que coincide con la primavera en el hemisferio norte.
El año pasado, la cúpula insurgente anunció su ofensiva el 30 de abril -dos días antes de que un comando de fuerzas especiales de EU matara al líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama Bin Laden en Pakistán- y la denominó "Bádar" en memoria de una célebre batalla librada por las huestes de Mahoma cerca de la Meca.
La campaña talibán de 2012 tendrá nuevo nombre, y también se esperan cambios en las tácticas de los insurgentes, que hace un año hicieron público que entre sus objetivos tenían a los servicios de inteligencia y a miembros del Parlamento y el Gobierno afganos.
Diversos analistas consultados por Efe coinciden en que la insurgencia destinará este año más medios a su ofensiva y que concentrará esfuerzos en nuevos blancos y zonas geográficas.
"Tienen un plan más ambicioso que el año pasado, especialmente en el norte y el este del país, y su presupuesto militar puede llegar a ser el doble que en 2011", precisó a Efe el analista afgano Wahid Muzhda.
"Van a dedicar muchos recursos a las provincias (orientales y fronterizas con Pakistán) de Nuristán y Kunar, ya que las consideran clave en su estrategia", añadió Muzhda.
Como prólogo al anuncio oficial de ofensiva, al menos 19 personas murieron ayer en dos atentados suicidas, uno cometido ante unas oficinas gubernamentales de la provincia occidental de Herat, y el otro en un cuartel de la Policía de la sureña Helmand.
Según un informe realizado el año pasado por la universidad estadounidense de Brown, el conflicto afgano ha dejado desde 2001 entre 34,000 y 46,000 muertos -extranjeros y afganos-, entre ellos hasta 14,000 civiles, de acuerdo con los cálculos más pesimistas.
El año pasado fallecieron en Afganistán 566 militares de la misión de la OTAN de un total de 2,847 soldados muertos desde el inicio de la invasión de Afganistán en 2001, según el portal especializado icasualties.org.
