Cuando las llamadas figuras del deporte van perdiendo el piso, subiéndose con las propias alas de su imaginación más arriba de la estratósfera, su entorno se les vuelve cada vez más pequeño y empiezan a ver a los demás terrestres, chiquitos y orejones.
Eso le fue pasando desde hace mucho tiempo a Marco Antonio Rodríguez, popularmente conocido como "Chiquidrácula", a quien nadie le quita ser un buen silbante, pero con una prepotencia cada vez mayor, creyendo incluso que tiene fuero y por ello es intocable.
Nunca hemos comulgado con su forma de ser y actuar, menos cuando supimos que tenía otras actividades, de tipo religioso, donde se habla de seres buenos, justos y casi perfectos, y él no lo es. Por ello fuimos de los muchos que criticamos su forma de sancionar la pasada final.
Siguiendo lo que mal había iniciado Delgadillo en el partido de ida, quien pronto dejó al equipo de la Comarca con diez hombres, en la Sultana, el famoso "Chiquis" repitió la injusticia que favoreció a unos Tigres que no necesitaban tal respaldo, sacando dos tarjetas al mismo tiempo.
Así que ha sido castigado y no estará pitando buena parte de este Clausura 2012, mas no tendrá la culpa sólo él sino también quien lo ha hecho compadre y se llama Aarón Padilla, de quien nos hemos ocupado ya diciendo que no es el idóneo para estar al frente de los nazarenos.
Ya en lo que va de este torneo también han ocurrido pifias arbitrales que parecen no tener fin, como esa ayudadita que le dieron al América para que igualara cartones con los Diablos Rojos, así como otras burradas aquí y allá de parte de los que soplan la ocarina.
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