Pasan los años y continúan frescas en la mente las lecciones aprendidas en la oficina de don Antonio de Juambelz, el gran jefe y maestro que tuvimos en esta casa. Cada tarde nos llamaba y preguntaba sobre la marcha de la empresa que junto con don Joaquín Moreno había fundado.
Y en uno de los muros había mensajes inolvidables, de los cuales uno se quedó grabado en nuestra mente. Decía: No confíes en tu memoria, anótalo. Así que esa frase ha sido norma en nuestra vida. Lo que vemos, escuchamos o conocemos, buscamos dejarlo en el papel.
Desde hace muchos años, cuando empezamos a tener contacto con directivos y técnicos del deporte lagunero, buscando apoyarlos, les recordábamos la famosa frase de anotarlo todo. Así lo hicimos con Arpad Fékete, Pepe Moncebáez, Fernando Quirarte, Yayo de la Torre, etc. etc.
Hoy, como es difícil tener contacto con los técnicos, por las disposiciones adoptadas, le sugerimos a Benjamín Galindo que pida a sus ayudantes, Héctor Adomaitis y Héctor López, en lugar de estar rascándose la cabeza o escarbándose las narices, se pongan a anotar lo que observan.
Esas anotaciones podrían servirle al maestro en el mismo entrenamiento o partido, para hacer cambios adecuados y oportunos, en base a lo que observan sus ayudantes. Así lo vemos con frecuencia en la forma de trabajar de técnicos como Vucetich, Boy, Meza, etc. etc.
Además, cuando se llega el momento de rendir sus informes a la directiva, Benjamín Galindo tendrá más soporte mostrando que ha seguido puntualmente el trabajo de sus comandados. De lo contrario, sus informes serán rabones y faltos de sustento.
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