Cuando Miguel Herrera tomó el mando del América, aquí tuvimos comentarios sobre la personalidad de este joven, rebecón en sus inicios, cuando jugaba de delantero y fue de los primeros refuerzos del Santos Laguna. Se le veía en todas partes gozando la vida.
Pasó el tiempo y "El Piojo" se puso a estudiar el futbol desde la tribuna, en los vestidores, en campos de tierra suelta, en otros artificiales y hasta en extranjeros. Ha tenido algo a su favor, ser disciplinado, nada que ver con aquel muchacho alegre que un día vino a La Laguna.
Sigue gozando la vida, pero con discreción, sin ostentación y no ha perdido el piso. Es de los técnicos que dan facilidades a los periodistas con los que lleva buenas relaciones. Tiene elementos para seguir triunfando y para abrir puertas a más timoneles mexicanos.
Una gran diferencia entre él y los geniosos, latosos y soberbios Tomás Boy, Ricardo Ferreti, La Volpe y demás especímenes. Nos da gusto que este triunfo con el equipo más metido en la polémica, el América, ahí donde las facturas las cobran día por día y no a plazos.
Aquí, en cambio, Benjamín Galindo no está aprovechando la forma en que por tradición arropa a jugadores y técnicos la actual directiva. Con los demás empleados se muestra exigente al máximo, pero que no le toquen a sus jugadores y sus timoneles.
Mientras la directiva no apriete tuercas, con técnicos y jugadores, las cosas seguirán igual, lástima de tantas cosas que se han hecho en el entorno del equipo. Ahora falta ponerle mano y mucha atención a lo que ocurre abajo de la gallina que sueña con tener huevos de oro.
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