Invitado por Atléticos de Oakland, José Canseco inició su andar por el beisbol, lo que le impidió ir a la universidad, como eran los deseos de sus padres. En las ligas menores, el cubano ganó pronto fama por su poder al bat, y sus batazos que llegaban al estacionamiento eran motivo de apuestas.
Fue en septiembre del 85 cuando hizo su debut en grandes ligas con Atléticos. En los 29 partidos que participó logró promedio de .302 con 5 cuadrangulares. Así iniciaría una de las más brillantes carreras dentro del beisbol que años después se derrumbaría.
Ocurrió que antes de iniciarse la temporada de 1989, la prensa empezó a criticarlo al involucrársele con apostadores. Ese mismo año fue arrestado al conducir a alta velocidad y fue en abril de ese año cuando fue arrestado por llevar en su automóvil una pistola.
Los problemas fueron creciendo y brotaban de todas partes. Apareció su romance con Madona y finalmente fue acusado de usar esteroides, lo cual con el tiempo no pudo evitar y lo aceptó posteriormente en un libro.
Ha pasado el tiempo y Canseco quiere seguir jugando, y vino a México con la esperanza de contratarse con Tigres de Quintana Roo, pero cuando le pidieron hacerse unos exámenes de orina se negó rotundamente alegando que utiliza medicamentos recomendados para su salud.
Finalmente se quedó en un equipo llamado Ejidatarios de Bonfiel, cobrando por dos partidos poco más de 80 mil pesos. Canseco pudo haber sido un ejemplo de superación y se fue por caminos equivocados.
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