Fidel Ortiz Tovar fue un sobresaliente deportista, sin finta de boxeador pues nunca tuvo las huellas que deja la exigente carrera sobre los encordados, fue además un celoso guardián del amateurismo y nunca aceptó entrar al boxeo profesional, a pesar de las reiteradas invitaciones que tuvo.
Cuarenta de los 67 años que vivió los dedicó al boxeo, en un ciclo que principió en Amsterdam en 1928 y terminó en México en 1968. Sostuvo 272 peleas con sólo seis derrotas; como boxeador estuvo en los Juegos Olímpicos de Amsterdam y de los Ángeles, como manager en tres olimpiadas, y como juez en una.
En Amsterdam los mexicanos fueron rápidamente eliminados pues carecían de experiencia. Y para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, Fidelón, como le llaman los aficionados, no pudo asistir al ser eliminado por Sabino Tirado, quien perdió en su primera ronda ya en Los Ángeles.
En Berlín sería su segunda olimpiada, Fidel enfrentó en primer lugar a un púgil africano que no se presentó a la pelea, lo que permite que Fidelón ganara sin cruzar un solo golpe. Dos días después los demás peleadores mexicanos fueron eliminados, sólo quedó vivo Fidelón.
En su siguiente pelea Fidel vence al sudafricano Hannann, después enfrentaría a Jacky Wilson, un moreno que arribaba a Berlín con gran fama de buen boxeador. Fue un duro combate, la puntuación de los dos jueces europeos favoreció al norteamericano pero el réferi ve ganar al mexicano, por lo tanto es una decisión dividida.
Como queda empatada la pelea, le toca pelear por el bronce contra otro semifinalista, el sueco Cedenberg, el combate se realiza el día 15 de agosto donde Fidelón gana con facilidad al europeo adjudicándose la medalla de bronce, la de oro fue conseguida en esa competencia por el italiano Ulderico Sergo al derrotar por puntos a Wilson.
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