Juan Botella Medina, hijo de emigrantes españoles, dio a México una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960. Fue un niño precoz, muy travieso, que gustaba subirse al trampolín y por entre las piernas de los clavadistas les ganaba el salto al agua.
A los tres años de edad Juanito ya andaba en la travesura tirándose al agua en la alberca, pero a él le gustó el peligro desde que nació, decían sus padres. A los seis años ya estaba compitiendo con clavadistas mayores y a los quince ya era campeón nacional.
Mario 'El Negro' Tovar temprano se fijó en aquel chamaco latoso que cómo daba guerra en la alberca y cómo hacía bromas con todos los clavadistas, incluyendo los famosos, así que muy joven tomó a su cargo a Botella Medina y lo fue puliendo.
Después, el mismo Tovar lo llevó a competir a los Estados Unidos, donde lo dejó recomendado con amigos. En la Unión Americana, Juanito siendo muy joven ganaba a competidores mayores y ya famosos, lo que le valió para ir a los Juegos de Melbourne.
Ya en Roma, Juanito Botella ganaba el bronce para México, superando a clavadistas de fama, especialmente norteamericanos. El mismo Joaquín Capilla decía que era su digno sucesor y Mario Tovar comentaría que en su opinión Botella Medina sería superior a todos.
Desafortunadamente, en julio de 1970, cuando en México se celebraba la final del campeonato de futbol, ganado por Brasil, Juanito Botella sufrió un infarto que muy joven le quitó la vida. Siempre confesó ser mexicano, y una vez, estando en Madrid le preguntaron su nacionalidad, y orgulloso dijo: mexicano.
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