El futbol también tiene historias sorprendentes, podríamos decir que increíbles. Y ellas pudieran servir de ejemplo para quienes perseveran en busca de la inmortalidad. En los tiempos recientes, por estar en activo los personajes, resaltan los casos de Alex Ferguson y Lionel Messi.
Ferguson no fue en sus inicios el técnico exitoso e inamovible del Manchester United, pero la directiva del famoso conjunto rojo inglés con el paso del tiempo, combinándose derrotas con victorias, acompañadas las primeras con severas críticas y abucheos, encontró en el técnico galés lo que buscaba.
Un timonel con carácter y personalidad, conocedor de la rama, estudioso, siempre actualizándose y consciente de las exigencias de los aficionados. Por ello, con diferencias muchas veces entre los directivos, la mayoría decidió apoyarlo y los resultados buenos tardaron pero llegaron.
Lionel Messi fue en su niñez un ser enfermizo, afectado por una enfermedad hormonal, pero visores del Barcelona vieron el potencial futbolístico que el niño poseía, y a los 13 años, acompañado de su familia, lo llevaron a vivir a España, haciéndose cargo de su curación.
En ambos casos los directivos del Manchester United y del Barcelona pueden escribir varios libros referentes al valor de la perseverancia cuando se encuentran elementos ideales para darles continuidad.
Y todo lo anterior nos ha venido a la mente ahora que Oribe Peralta empieza a recoger los frutos de algo que él mismo, casi sin la ayuda de otros, empezó a cultivar hace muchos años en tierras laguneras donde no tuvo espacios y hoy le sobran.
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