Todavía quedan comunicadores que hablan de que México es una potencia futbolística en un gran sector de nuestro continente, lo que confunde y alborota a sectores de aficionados que no aceptan que otros países más pequeños y con menos tradición deportiva están creciendo.
Si usted vio o escuchó algunos comentarios antes del partido México-Guyana lo confirmó. Algunos dijeron que ganaría México con goleada de hasta 12 goles a cero, y así por el estilo. Llega la hora del partido y las cosas no salieron como alegre e irresponsablemente se pronosticó.
Y al final del encuentro, ganado por los nuestros 3 a 1, vienen los abucheos y las críticas. Todo porque ya se había dicho que arrasaríamos con rival tan débil. Hay que olvidarnos de que somos o fuimos los gigantes de Concacaf para ubicarnos en una realidad.
También estamos creciendo, pero hay que hacerlo sin presiones dejando que gente nuestra nacida en México tenga la oportunidad de hacer bien su trabajo. Hasta ahora las cuentas han sido buenas, entonces no confundamos a la afición.
Yendo al partido del viernes, José Manuel de la Torre debe saber ya que una alineación triunfadora ante equis rival quizá deba tener modificaciones ante otros, dependiendo de los informes que haya recibido de sus espías.
Por ello, al técnico se le vio muy preocupado, silbándoles y gritándoles a sus jugadores que no estaban cumpliendo sus indicaciones. Esto en el arranque de una eliminatoria mundialista a tiempo para corregir y remediar.
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