Estando ya casi en las vísperas del inicio de los Juegos Olímpicos de Londres, resulta interesante recordar algunos de los detalles y personajes importantes que con sus hazañas dejaron para la posteridad recuerdos que ni el tiempo ha podido borrar.
Fue en 1896 cuando por fin, después de muchos intentos, Pierre de Coubertin logró la realización de los primeros Juegos de la era moderna, precisamente en Atenas, que había sido el centro de todo lo grande que ocurrió en el pasado, especialmente en las artes y el deporte.
Sólo 14 países participaron con deportistas del sexo masculino, pues ninguna mujer lo hizo. La inauguración se realizó el 6 de abril y la clausura el día 15. El total de los competidores llegó a 241, y el 70 por ciento de ellos eran griegos.
Grecia tenía el deseo de ser la única sede de dichos Juegos, que prometía realizarlos cada cuatro años, pero pronto se vio que el mundo había cambiado y seguiría haciéndolo, pidiendo todos sus respectivos espacios, especialmente las mujeres.
Fue el mismo Barón, Pierre de Coubertin, quien enfrentando el enojo de los helénicos, que querían los Juegos sólo para ellos, dispuso que éstos tuvieran diferentes sedes cada cuatro años, y que entraran en competencia los interesados buscando mejorarlos.
Los siguientes, de 1900, se celebraron en París y fueron considerados como todo un desastre, pues las competencias se desarrollaron en cinco meses, espaciando las pruebas según las festividades de la Exposición Universal que tenía mayor importancia.
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