La Primera Guerra Mundial obligó a que los Juegos Olímpicos, a celebrarse en Berlín en 1916, hicieran una pausa, y terminado el conflicto, Pierre de Coubertin convocó a una reunión, acordándose reanudar los Juegos en Amberes en el año de 1920.
En esta ocasión se contó con el apoyo de armadores, joyeros y exportadores de Bélgica que ayudaron en la financiación, y por primera vez fue ondeada la bandera olímpica con sus cinco aros, representando a los continentes, y fue llamada la de los Juegos de la Paz.
La gran figura fue Paavo Nurmi, un finlandés que no corría sino volaba en la prueba de cross country. Veintinueve naciones participaron con 2,561 hombres y 65 mujeres, número que iría creciendo pues el bello sexo estaba ayudando a que los Juegos fueran más populares.
En 1924 los Juegos regresaron a París a pesar de lo que había ocurrido en 1900, y es que la Ciudad Luz quería demostrarle al mundo ser la mejor en todo en los tiempos modernos. La gran figura volvió a ser Paavo Nurmi con su estilo de correr que parecía volar.
Los Juegos de 1928 se celebraron en Amsterdam y entre ellos un nadador norteamericano sería la gran figura, su nombre, Johnny Weismüller, conocido después como Tarzán, ganaría fama y fortuna interpretando en el cine al rey de los monos y de la selva.
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