Esto que pasa en Santos Laguna rebasó ya la famosa campeonitis que se atribuye a los equipos que después de lograr un título como que se relajan por un tiempo corto, pero vuelven después a ponerse las pilas. No ocurre así con los albiverdes, que ya se pasaron de tueste.
Falta ya la intervención enérgica y decidida de Alejandro Irarragorri, llamando aparte a Benjamín Galindo y luego a los jugadores, porque al "Maestro" ya le empezó a quedar grande la cuchara, perdón el bastón de mando.
Y podríamos decir que los salarios siguen llegando puntualmente, como ha sucedido anteriormente, a diferencia de lo que ocurre en otros equipos. No pensamos que problemas de vestidor estén afectando la buena marcha porque ahí está Oribe, que manda ya.
Después de Oswaldo Sánchez, mandamás en la cancha, "El Cepillo" se ha ganado el respeto de sus compañeros, y como es lagunero, es el primer interesado en que el equipo de la Comarca no se desmorone.
Aún es tiempo de corregir algo, después, como dirían los italianos, sería demasiado tarde. Algo pasa, ¿qué será? Solamente ganando lo que resta de partidos podría aspirarse a algo, pero sigue el Atlante en Cancún y luego viene el Atlas.
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